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El doctor Félix Ayala, viceministro de Salud Pública, explicó que para la colocación de un piercing y para tatuar la piel se deben tomar recaudos, ya que se trata de procedimientos invasivos.
“Para los tatuajes se emplean agujas que penetran la piel y con el piercing se produce un procedimiento similar, ya que para introducir los aretes la piel sufre una perforación, y es allí donde pueden ingresar bacterias para luego desembocar en infecciones”, señaló.
Ayala advirtió que si no se toman los recaudos correspondientes, por estas vías se puede incluso adquirir virus como el VIH y hepatitis B. Por ello, las personas tatuadas o con piercing no son tenidas en cuenta como donantes de sangre.
El Ministerio de Salud recomienda esterilizar los aros que se van a colocar en el cuerpo, y las agujas a ser utilizadas para los tatuajes, el uso de agujas descartables, guantes estériles y descartables. También someter a un proceso de esterilización previo el área de la piel a ser trabajada.
Responsabilidad del tatuador
“En todo procedimiento de tatuaje existe un riesgo de contagio de enfermedades, siempre y cuando los materiales utilizados no estén esterilizados correctamente”, expresó Mike Adorno, de Tribal Tattoo Studio.
El mismo explicó que un tatuaje requiere de diversos cuidados antes, durante y después del procedimiento, tanto para lograr un buen acabado del tatuaje como para evitar el contagio de enfermedades e infecciones.
“En otros países existen inspectores de la cartera sanitaria. Acá el cumplimiento de las normas internacionales es una responsabilidad de cada tatuador. Falta un acompañamiento del Estado para dar garantías a los interesados. El procedimiento se debe realizar en un espacio aséptico, similar al de una clínica”, explicó. Agregó que actualmente se realizan tatuajes en las plazas, lo que expone la piel a contaminarse y no garantiza la correcta esterilización.
En Paraguay existe una Asociación de Tatuadores, reconocida por el Estado, pero no todos los profesionales del ramo están registrados.
“En Argentina se realizan seminarios de capacitación y existe un acompañamiento del servicio de dermatología a los tatuadores y un control de los servicios que realizan”, comparó Adorno.
Un real interés del Estado por evitar el contagio de enfermedades en estas prácticas se podría demostrar con un control de los locales, la capacitación de los tatuadores y la información a los interesados en tatuarse o perforarse.
En aumento
Aunque no hay datos oficiales en Paraguay, los tatuajes han ido en aumento. Una prueba de ello es la realización en Asunción, por tres años consecutivos, del Tattoo Down Babylon, una fiesta del tatuaje que reúne a profesionales del ramo de distintos países y en que se realizan decenas de tatuajes en simultáneo. Hacerse un tatuaje se ha convertido también en una tradición en jóvenes que terminan sus estudios secundarios o universitarios, y en grupos de amigos o familiares que quieren grabarse en la piel un mensaje que los vincule. Para tener una idea del crecimiento del fenómeno, en EE.UU. el 40% de la población de 25 y 40 años tiene al menos un tatuaje, según el centro de investigación Pew.