Calles están en pésimo estado tras las lluvias

Algunas calles y avenidas de Asunción empeoraron tras las últimas lluvias. Aumentaron en número y tamaño los baches y se tornan más peligrosos. La falta de desagüe pluvial y las viejas redes cloacales de la Essap agravan el problema.

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Las avenidas Artigas, Molas López, Santísima Trinidad, entre otras se tornaron más peligrosas luego de las últimas lluvias. Los baches enormes y profundos se llenan de aguas negras y ponen en peligro a todos los que circulan por la zona.

“Si las lluvias se suceden, se acentúa el deterioro. La zona de Molas López, con el nivel freático (agua subterránea cercana a la superficie) alto, solo es reducible con desagüe pluvial. Gran parte de Artigas también está con problema de nivel freático alto y algunos sistemas cloacales trancados. Y a medida que llueve sale más agua por varios lugares”, señaló el ingeniero Samuel González, director de obras públicas de la Municipalidad de Asunción.

Algunas calles de los barrios y del microcentro capitalino también sufren los embates de las lluvias, como la calle Brasil desde su intersección con la Av. Rodríguez de Francia hasta Tte. Fariña, debido al colapso del sistema de alcantarillado sanitario de la Empresa de Servicios Sanitarios del Paraguay (Essap), que ya tiene más de 40 años de antigüedad.

Los principales generadores del deterioro rápido de la capa asfáltica son justamente los servicios de alcantarillado sanitario y desagüe pluvial, según argumentaciones del director de Obras de la Comuna.

La mayoría de los sectores de la ciudad no cuentan con el servicio de desagüe pluvial. Las aguas de lluvia se escurren por las calles y avenidas, y con el paso de vehículos se van destruyendo.

Según el Ing. González, apenas el 21% de la ciudad capital tiene el servicio de desagüe pluvial. Parte del centro de Asunción y otros sectores como la Av. España.

Habla de una inversión de alrededor de US$ 150 millones para cubrir toda la ciudad, un dinero que la Municipalidad no posee, pero que podría conseguir si sus funcionarios lograran realizar controles estrictos en el caso de los pagos de impuestos. Se habla de una evasión tributaria de alrededor de US$ 80 millones al año. Con la aplicación de una fiscalización rigurosa se podría tener en dos años la financiación de tan importante obra para la ciudad.

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