Ante estas declaraciones, la presidenta de la Asociación de Ayuda al Ciego Santa Lucía, María Dolores Galli de Florentín, indicó: No discriminamos a los estudiantes con ceguera. Por ellos y para ellos la asociación fundó la escuela hace 50 años. En la actua- lidad hay unos 27 alumnos, pero siguen inscribiéndose.
Agregó que la institución está abierta para todos los niños con ceguera del país, que es una escuela-residencia para ciegos del interior. Hoy tenemos pocos alumnos en residencia; están inscriptos 8, y la administradora informó que se sigue llamando para solicitar esa atención.
Explicó que la mayoría de los niños estudiantes están integrados a escuelas normales, y alcanzan la capacidad de ir pasando grado a grado, acercándose a una instrucción superior. Explicó que hace unos 12 años la entonces directora de la escuela empezó a inscribir a niños con multiimpedimentos, incluida una niña con ceguera y autista.
Pregunté por qué tomaron niños con otras caracte- rísticas, y me explicaron que no eran admitidos en otras instituciones. Así se tomaron unos cinco chicos que siguieron en la escuela, ahora están grandes, y necesitan re- habilitación para multiimpedidos. En la escuela Santa Lucía no tenemos medios para rehabilitación de multiimpedidos. Eso a mí me duele en el alma realmente, enfatizó.
Está prevista una reunión con las madres de los alumnos no inscriptos. Protestan porque sus hijos no progresan. Al tener estos chicos otras discapacidades, necesitan atención especializada, rehabilitación, cuidados especiales que nosotros no podemos darles al estar formados para atender personas con ceguera y deficiencias visuales, señaló.
La directora de la escuela, Gladys Beatriz Maldonado de Alvarez, reiteró la buena predisposición de la entidad de brindar formación y apoyo necesarios a los chicos con ceguera, y que quienes tienen otros multiimpedimentos necesitan atenciones especializadas que no se les puede ofrecer en la institución al no existir la infraestructura ni los profesionales para ese efecto.