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Para el secretario ejecutivo de la Pastoral Familiar de la Conferencia Episcopal Paraguaya, Juan Carlos Pineda, la exhortación del Papa a atender a los divorciados y separados es una decisión muy importante para la Iglesia “porque todos somos pecadores y a nadie se le puede negar la misericordia de Dios”.
El dirigente dijo que el interés del pontífice de acompañar a las familias “en situación irregular” (separados, divorciados y vueltos a casar) sana una herida social y espiritual porque muchos se sienten discriminados y hasta no quieren ir a la Iglesia. Agregó que el Papa está demostrando que la misericordia de Dios es para todos y en ese contexto dijo que él apuesta a una integración gradual de “estos hermanos” porque no están excomulgados. Pide también que sean atendidos caso por caso para que algún día accedan a la comunión.
Pineda sostuvo que el Papa pide a los pastores y a los laicos que acerquen a estas familias “en situación irregular” y que haya un proceso para que ocupen un lugar como laicos.
Resaltó que este acompañamiento no significa un debilitamiento del sacramento del matrimonio. Al contrario, pide que se fortalezcan a las familias, pero al mismo tiempo mirar y tender las manos aquellas que están en crisis.
Comentó que en el Paraguay hace tiempo se acompaña a los separados y vueltos a casar y lo que ahora el Papa hace es formalizar el acompañamiento a los laicos con problemas en su relación matrimonial.
Anteriormente, el Pontífice ya había dado instrucción a las Conferencias Episcopales para simplificar los procesos de nulidad matrimonial para que en los casamientos en los que no hubo unión sacramental pueda acelerarse la anulación.
Por la inclusión de todos
CIUDAD DEL VATICANO, (AFP). El papa Francisco abre la puerta a los divorciados que se vuelven a casar para que puedan acceder según el caso a la comunión, acepta las uniones de hecho y rechaza con firmeza el matrimonio entre homosexuales en un documento muy esperado sobre la familia.
Al pedir su inclusión en la Iglesia, la exhortación apostólica de Francisco sobre la familia responde a las expectativas de los divorciados que se vuelven a casar, por lo civil.
“No es posible decir que todos los que se encuentran en alguna situación llamada ‘irregular’ viven en una situación de pecado mortal”, sostiene Francisco.
La segunda exhortación apostólica de Francisco, “Amoris Laetitia” (La alegría del amor) fija las líneas de la Iglesia sobre la familia y el matrimonio.