Cargando...
Con la quietud de un feriado, como el de ayer, en Asunción saltan a la vista los síntomas de una ciudad asediada por la ineficiencia de sus autoridades incluyendo al intendente municipal y los 24 concejales.
Una colección de desperdicios de toda laya aparecen al paso en las veredas, calles, paseos y avenidas. En un fugaz recorrido mañanero, y luego vespertino, en la capital paraguaya se encuentra de todo.
Resaltan las “montañas” de basura domiciliaria acumulada en distintos puntos de la ciudad en espera de recolección. Hay barrios donde los vecinos se quejan de la ausencia de los camiones compactadores o volquetes desde la semana previa a la Navidad. Gatos y perros callejeros hurgan en las bolsas desparramando su contenido. Tal vez esa sea la explicación a la presencia de vísceras de res en plena vereda de Azara y Tacuary.
En el mismo microcentro, desde los últimos días de diciembre surgen “manantiales” de agua cloacal que colapsan y horadan la carpeta asfáltica. Ni la Municipalidad de Asunción, ni la Empresa de Servicios Sanitarios del Paraguay (Essap) se ponen de acuerdo para las reparaciones y menos para la solución.
Los transeúntes se abren paso entre las malezas crecidas, trastos abandonados y todo tipo de obstáculos que permanecen en las aceras y constituyen un peligro en el desplazamiento.
Los profundos baches y cráteres también se multiplican por las arterias de la capital. Muchos “pozos” son rellenados con escombros, ramas y hasta bolsas cargadas de desechos para evitar que los vehículos sufran los golpazos.
La ristra de situaciones que demuestran lo que está mal en Asunción, y ponen en evidencia el abandono en que se encuentra, sigue con animales sueltos que se mueven a sus anchas cuando el caos vehicular está ausente. Así recibió ayer Asunción al 2015, año de elecciones municipales.
Fotos: Arcenio Acuña y Carlos Shahtebek.