"Laudate pueri, Fidelis Servus, Sonata N° 3, Dominus y El Magníficat" son algunas de las piezas musicales que las orquestas sinfónicas y los coros interpretan a los turistas cuando visitan los pueblos jesuíticos de Bolivia. Estas obras forman parte del archivo musical de Chiquitos, que fue descubierto en 1972 cuando se restauraban los templos de San Rafael y Santa Ana.

Escucharlas en los instrumentos y en las voces de los criollos y nativos es como transportarse a un imaginario viaje a las grandes catedrales o teatros de Europa, donde los intérpretes se lucen con las obras de los grandes maestros. Las músicas de las reducciones no tienen nada que envidiar a esas obras, según los musicólogos.


Hasta tienen una particularidad: varias de las canciones están escritas en chiquitano y hasta en guaraní, que es un pequeño cuerpo del archivo.

El Lanzamiento Mundial del Destino Chiquitos que se realizó la semana pasada fue una ocasión para presentar estas obras, que deleitaron a los visitantes, entre quienes se encontraban numerosos periodistas de varios países del mundo.

Para el director de orquesta Rubén Darío Suárez, el archivo contiene una riqueza inigualable, que no permite repetir una música en un espectáculo. Su impresión es que los jesuitas fueron muy inteligentes al utilizar el arte, y especialmente la música, para evangelizar a los nativos.

En sus 10 años de director ha interpretado infinidad de música y asegura que son de un gran contenido religioso, que testimonian que los indígenas han adaptado rápidamente a sus costumbres porque se canta desde su modo de pensar.

Al igual que en otras naciones, estas iniciativas no reciben apoyo del Gobierno, hecho que lamentó debido a que las autoridades siempre se limitan a decir: "Allí lo tenemos".

Según Suárez, la mayoría de las obras pertenecen al músico Doménico Zípoli y a otros autores anónimos. Son 5.500 piezas musicales que hoy se conservan en el museo de Concepción. Se han publicado 20 tomos de partituras con vísperas, salmos y hasta óperas. Hay abundante material que desafía la capacidad artística de los músicos que surgen en la región.

Las canciones se caracterizan por sus mensajes litúrgicos. También se encontraron obras instrumentales como las sonatas y sinfonías que fueron traídas de Europa. Algunas son copias de músicas de Hendel, pero adaptada a la costumbre indígena.

Suárez considera que estas obras demuestran el grado cultural a que llegaron las reducciones. "Hemos descubierto que tenemos algo grande en Chiquitos. Es nuestro y debemos mostrar al mundo para apreciar la grandeza del pasado y la capacidad actual de la población chiquitana", remarcó.

"El director califica el archivo como la esencia de una región que no tienen nada que envidiar a las obras de los europeos e incluso sería un error interpretarlos en ese estilo porque desnaturalizaría su esencia. Los hallazgos demuestran que hubo amor y lleva a reflexionar que la gente no solo debe saciar su hambre de comida, sino también de belleza y arte", apuntó.

Suárez valoró la disposición de los jóvenes, las autoridades comunales y de la Iglesia que apoyan el emprendimiento de mantener vivo aquél espíritu artístico que floreció en las reducciones.

Las obras musicales del archivo de Chiquitos, al igual que los templos y su arte sacro, son hoy el gran atractivo turístico para los amantes de la buena música. Se las puede disfrutar en su máximo esplendor en la VI Edición de la Música Renacentista y Barroca que tendrá lugar a partir del 27 de abril al 7 de mayo en la iglesia de Concepción, que se encuentra a unos 290 kilómetros de Santa Cruz.