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Así lo define Ana Cristina Mallada de Hermosilla, quien siempre tuvo mucha habilidad para las manualidades, hasta que luego se perfeccionó estudiando por dos años en Conaras en tejido a dos agujas y crochet.
Ahora propone un curso de verano tanto de estas dos especialidades como de bordado en ao poi.
Ana Cristina elige las combinaciones de colores, y opta por una gran diversidad y gama de tonos.
Hizo por ejemplo una colcha para bebé con hilo grueso de algodón, y combinó colores pasteles como celeste, rosado, amarillo, en fusión con el blanco.
Se enteró de que en los Estados Unidos hay una moda con el tejido a dos agujas, que está causando furor en bares temáticos adonde va la gente a tejer, tomar un café y charlar, y le pareció muy interesante y gracioso.
"Justamente es lo que yo hago, sobre todo cuando estoy haciendo crochet, que brinda la facilidad de ocupar menos espacio, y da la oportunidad de tomar un café, un jugo, un chocolate, y charlar mientras se teje. El crochet tiene también la practicidad de poder realizarlo mientras se viaja incluso en ómnibus", apunta.
Elabora prendas para bebé, niños y niñas, remeras, accesorios, chales, boinas, manteles, colchas, mantas y mucho más, y cuenta que los chales pueden hacerse de seda -material más caro- o de los hilos que habitualmente se usan para confeccionar bolsos. Pueden ser hilos con brillo, o puede añadirse lurex.
Refiere que son numerosas las actividades manuales que ha elegido desarrollar, y entre ellas cita el modelado en porcelana fría, pintura al óleo, yeso, cerámica, vidrio.
Ahora está elaborando unas tejas sobre las cuales realiza paisajes, casas y flores en porcelana fría.
Tanto gusto por las manualidades fue transferido también a su hija, quien le acompaña y ha aprendido numerosas técnicas que también desarrolla con eficiencia.
Ahora propone un curso de verano tanto de estas dos especialidades como de bordado en ao poi.
Ana Cristina elige las combinaciones de colores, y opta por una gran diversidad y gama de tonos.
Hizo por ejemplo una colcha para bebé con hilo grueso de algodón, y combinó colores pasteles como celeste, rosado, amarillo, en fusión con el blanco.
Se enteró de que en los Estados Unidos hay una moda con el tejido a dos agujas, que está causando furor en bares temáticos adonde va la gente a tejer, tomar un café y charlar, y le pareció muy interesante y gracioso.
"Justamente es lo que yo hago, sobre todo cuando estoy haciendo crochet, que brinda la facilidad de ocupar menos espacio, y da la oportunidad de tomar un café, un jugo, un chocolate, y charlar mientras se teje. El crochet tiene también la practicidad de poder realizarlo mientras se viaja incluso en ómnibus", apunta.
Elabora prendas para bebé, niños y niñas, remeras, accesorios, chales, boinas, manteles, colchas, mantas y mucho más, y cuenta que los chales pueden hacerse de seda -material más caro- o de los hilos que habitualmente se usan para confeccionar bolsos. Pueden ser hilos con brillo, o puede añadirse lurex.
Refiere que son numerosas las actividades manuales que ha elegido desarrollar, y entre ellas cita el modelado en porcelana fría, pintura al óleo, yeso, cerámica, vidrio.
Ahora está elaborando unas tejas sobre las cuales realiza paisajes, casas y flores en porcelana fría.
Tanto gusto por las manualidades fue transferido también a su hija, quien le acompaña y ha aprendido numerosas técnicas que también desarrolla con eficiencia.