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Una de las estrategias para seguir con el negociado de reventa de papelería estatal es inflar la necesidad de resmas en las instituciones públicas. Normalmente, cada director general planifica su necesidad anual y realiza el pedido, en varios casos con números inflados, comentaron algunos funcionarios, que confirmaron que existe una total falta de control en la necesidad real del uso de papel y su destino final.
El descontrol, que se arrastra desde varios años, ayudó a fortalecer una rosca de funcionarios desleales, proveedores y pequeñas empresas que se dedican a comercializar las resmas del Estado en el mercado negro a precios que van de G. 10.000 a G. 15.000 cada una.
Tal irregularidad afecta el negocio formal de las distribuidoras de papel, por lo que la empresa papelera Álamo pidió a inicios de año a la Dirección Nacional de Contrataciones Públicas (DNCP) que las resmas adquiridas por el sector público tengan la leyenda “Prohibida su venta - Propiedad del Gobierno Nacional”, lo que reduciría la fuga de los productos. Pese a que una de las banderas del Gobierno de Horacio Cartes es la trasparencia, la DNCP llamativamente decidió negar la solicitud del uso de la leyenda mencionada, argumentado que afectaría los precios del papel.
Lamentan capricho de la DNCP
Además del pedido de Álamo de trasparentar las compras de papel que hace el Estado, también la Unión Industrial Paraguaya reiteró la solicitud. Sin embargo, Contrataciones, a cargo de Santiago Jure, hizo caso omiso a los pedidos. El argumento del funcionario es que la inclusión de leyendas de “Prohibida su venta” en las resmas influirá en los precios ofertados y en la libre competencia. Sin embargo, el Gobierno Nacional no tiene el mismo criterio en las compras de medicamentos que hace el Ministerio de Salud y el IPS; además de la merienda escolar y los kits escolares que encarga el Ministerio de Educación. Algunas empresas lamentaron el capricho del titular de la DNCP, pues su negativa no hace más que promover el robo de papelería estatal, indicaron.