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El evento fue organizado por la marca Omo, en su campaña que promueve la preservación del medioambiente. Participaron del evento 250 niños acompañados de sus familiares.
El momento más emotivo de la jornada fue cuando el conductor José Ayala anunció que era hora de encender las luces. Los niños, que trabajaron durante todo el día en la elaboración de los ornamentos para el árbol, disfrutaron de la iluminación y se emocionaron con la magnitud del arbolito, mientras un coro de niños interpretaban villancicos navideños.
En esta oportunidad se construyó un árbol de Navidad a partir de botellas de plástico recicladas para este fin. Walter Acuña fue el artista plástico encargado de la confección del árbol. El montaje del árbol le llevó una semana y se utilizaron alrededor de 19.000 botellas de plástico.
“La experiencia fue muy linda; los chicos se portaron muy bien y fueron muy lindos sus trabajos. Fue muy emocionante ver el árbol con las luces encendidas, en una obra que, además de su belleza, ayuda al planeta”, expresó Walter Acuña, artista colorador de la obra.
El taller, además de recrear a los chicos y crear el árbol de materiales reciclados más grande del país, tuvo una finalidad solidaria. Los chicos participantes donaron juguetes para los niños de la fundación Dequení. El aporte incluyó también alimentos no perecederos.
“A partir de este año, Omo busca realizar actividades con contenidos para los chicos, en las que se promuevan el desarrollo y el aprendizaje, a través de una actividad divertida que les enseñe cómo cuidar el planeta. Por ello, como broche de oro, armamos el arbolito en que cada trabajito hecho puede expresar sus buenos deseos para la Navidad”, mencionó Karina Oddone, responsable de marketing de Omo. El arbolito tiene más de 11 metros de altura y se quedará en el parque Ñu Guasu hasta el 7 de enero.