Albergue de IPS expone a alto riesgo a asegurados, por falta de mantenimiento

Las ventanas rotas, los baños sucios y la instalación eléctrica precaria son solo algunos de los “servicios” que reciben los asegurados que se alojan o viven en el albergue del Instituto de Previsión Social (IPS). La gente lo soporta con tal de estar cerca de sus seres queridos: los pacientes en cuidados intensivos.

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El albergue del Hospital Central del Instituto de Previsión Social (IPS) es para los familiares de pacientes internados en cuidados intensivos de pediatría y adultos, de cardiología y neonatología.

El objetivo de este espacio ubicado en el octavo piso es que los familiares se encuentren cerca del paciente y del plantel médico en caso de necesitar medicamentos, pañales, estudios o información de su evolución.

La comunicación es a través del guardia de seguridad, quien se encuentra en la entrada y controla el ingreso de las personas y de artefactos. La presencia de niños está prohibida en este lugar.

Una gran familia

Varios asegurados señalaron que si bien no cuenta con muchas comodidades, por lo menos disponen de un espacio para estar cerca de su paciente que se encuentra en delicado estado y que es el motivo por el cual llegaron ahí.

Siendo extraños entre sí, entre los habitantes del albergue se crea un lazo de hermandad: comparten tristezas y alegrías. La humanidad está al orden del día entre los asegurados, pero ¿y el IPS?
¿Acaso a las autoridades de la institución, al actual titular, Raúl Mongelós, no les preocupa el bienestar de estas personas? ¿No es suficiente sufrimiento el tener un ser querido en delicado estado? Por si fuera poco, lo exponen al peligro.

En el espacio destinado al albergue existe un alto riesgo de registrarse un cortocircuito, teniendo en cuenta la precaria instalación eléctrica y la mala utilización de los enchufes.

En caso de producirse un principio de incendio los asegurados no disponen de matafuegos. Los dos extintores disponibles vencieron en enero pasado.

Algunos residentes del albergue están allí durante meses y otros llegan a estar años. Indicaron que hicieron reiterados pedidos al servicio de Mantenimiento para que arreglen las ventanas y reemplacen los vidrios rotos, verifiquen y renueven los cables de la instalación eléctrica, entre otros.

“Hemos pedido y vienen los funcionarios de Mantenimiento. Solo miran y queda ahí. No tenemos una respuesta en concreto, que se traduzca en el arreglo”, expresó una asegurada.

En esa espera, algunos se van y otros quedan. Pero el problema persiste.

ggonzalez@abc.com.py

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