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“La directora me llamó de urgencia, al darse cuenta de la presencia del caracol. Por suerte, los niños aún no volvieron a clases en esa institución”, refirió el Dr. Mayans, quien destacó la necesidad de determinar si pertenece o no a la peligrosa especie. Por lo mismo, luego de capturar el animal, munido de guantes, bolsita de polietileno y un frasco, entregó la presa a Óscar Mongelós y Sinforiano Ovelar, funcionarios del Servicio Nacional de Erradicación del Paludismo (Senepa).
Al momento de la entrega, Mongelós y Ovelar tampoco pudieron determinar si el molusco pertenece o no a la peligrosa especie.
Señalaron que lo trasladarían hasta la institución, donde sería sometido a un estudio, cuyos resultados se darían a conocer en breve.
Luego, los funcionarios se trasladaron hasta la escuela Ava Mba’e, situada en De la Conquista casi 16 de Mayo, del barrio San Isidro de Lambaré, para inspeccionar y buscar más caracoles.
La advertencia del doctor Mayans, para cualquier persona que se tope con un caracol, es que no lo toque sin protección. “Se lo debe manipular con guantes o con una bolsa de plástico”, indicó.
Dijo que lo primero que hay que hacer en caso de encontrar alguno es informar a las autoridades sanitarias, y si no hay respuesta, se debe proceder según las indicaciones para estos casos (ver recuadro).
También enfatizó que no se debe pisar con los pies descalzos el área por donde transitó el molusco.
Parásitos en las babas
“El caracol tiene parásitos en sus babas, y si una persona tiene contacto directo con esa sustancia, se contagia y los parásitos llegan a la meninges (cerebro), los bronquios, intestinos e hígado, provocando la muerte de la persona”, señaló. Otro medio de propagación de los parásitos son los roedores, que en algún momento se topan con estos caracoles y al lamerlos se contagian y también se vuelven portadores del mal.
Cómo manipular un ejemplar
Si encuentra un caracol en su casa y no existe respuesta inmediata de las autoridades sanitarias, el Dr. Mayans sugiere tomar al molusco con un guante o una bolsa de plástico.
Ponerlo, con bolsa y todo, dentro de un frasco con agua caliente, sal y lavandina. Colocar el recipiente en un agujero profundo, echarle cal y luego tapar el pozo. Hay que cuidar que la mascota de la casa no escarbe el lugar. También, evitar caminar con los pies descalzos por los lugares donde estuvo el caracol así como el contacto de la baba con la nariz, boca y ojos del humano.