Acerca de perros y gatos

Desde la Fundación San Francisco de Asís, Mónica Marín y Elvira Schaerer llevan a cabo su lucha a favor de los animales y de la salud pública. En dedicada labor se hacen cargo de perros y gatos callejeros. Esta fundación se opone al sacrificio de los animales y como solución propone la adopción y castración.

Cargando...


Nacida en 1999 y aprobada por decreto del Poder Ejecutivo en el 2000, la Fundación San Francisco de Asís busca darle un nuevo giro al viejo y preocupante tema de los animales callejeros.
Charlamos con Mónica Marín y Elvira Schaerer, directora ejecutiva y miembro de la fundación, respectivamente. Ambas mujeres se han lanzado al controvertido campo social donde se disputa el tema de los perros y gatos abandonados a su suerte. Con dureza, ellas cuestionan la indiferencia de gran parte de la sociedad ante este problema y reclaman a la Municipalidad de Asunción la falta de cumplimiento de las leyes que velan por un buen trato a los animales vagabundos y, por ende, por el beneficio para la salud y seguridad de la población. "No es un problema de presupuesto -combate Mónica-, porque en otros países mucho más pobres que Paraguay es el Estado el que hace lo que nosotros estamos haciendo. Acá nunca se puede, nunca hay medios, y claro, si se desvían los fondos que vienen para los niños, ¿qué podemos esperar para los animales? No es un problema de plata, sino de voluntad política".

La Fundación San Francisco de Asís es una entidad paraguaya sin fines de lucro, reconocida por la Sociedad Mundial de Protección de los Animales (WSPA), con sede en Inglaterra y presencia en 400 países. Las entrevistadas aclaran que no reciben dinero de la WSPA ni de ninguna entidad extranjera; la ayuda que les dan se limita a material educativo y a algunas invitaciones a congresos mundiales. Elvira cuenta que se mantienen con el dinero que aportan los socios de la comisión directiva (entre quienes figura la embajadora de Costa Rica Violeta De Guardia) y de los voluntarios. Frente a los 70.000 perros que se calculan en Asunción y más 500.000 en todo el país, la gente de la fundación busca en primer lugar salvar de la muerte a los animales callejeros que son víctimas de la perrera municipal. Igualmente quieren evitar la muerte de los animales por hambre, enfermedad, embestidos por vehículos o torturados. Mónica agrega con seguridad: "Nuestro trabajo tiene relación directa con evitar focos de transmisión de enfermedades a personas, rabia o leshmaniasis".

- ¿Por qué ven mal que la perrera se deshaga de tantos perros vagabundos que efectivamente son un peligro para la población?

- M: ¿Te parece que se soluciona matando? La muerte que les dan en la Municipalidad es lenta y cruel porque les aplican inyecciones de cloruro de potasio que los asfixia en un periodo de 5 a 10 minutos. Yo presencié cómo lo hacían y es terrible, por eso me decidí a emprender esta lucha.

- ¿Qué proponen ustedes?

- M: La castración. Operaciones de 10 minutos que evitan que una perra en el transcurso de 10 años conciba 555 descendientes. Para los perros callejeros que se construyan caniles, darles techo y comida y luego entregarlos en adopción.

- ¿Cómo en los países avanzados?

- E: No nos ponemos modelos imposibles, porque a un paso de la frontera nomás ves cómo les aman a sus animales. Y sí, también estamos en contacto con países europeos, ellos están avanzados en el tema.

- Pero ellos tienen más medios y ganas para el asunto, su situación socioeconómica es relajada, no están pensando en la desocupación, ni en la comida de sus hijos...

- M: No pienso así. En países muchos más pobres que el nuestro, he visto hacer miles de castraciones que corrían por cuenta del Gobierno y la gente apoyaba porque sabe que también es parte del cuidado y la prevención de enfermedades.
- E: Nosotros somos una fundación que se dedica a los animales, eso no quiere decir que no nos preocupan otros problemas; es más: lo que hacemos tiene una enorme repercusión social.
- ¿Cuánto cuesta una castración?

- M: No mucho, el anticelo te sale más caro.

- ¿Cuánto sería?

- M: A través de nuestra fundación, 80.000 guaraníes; en cambio, la aplicación del anticelo sale 35.000, tenés que hacerla cada tanto y a la larga produce cáncer.

- ¿Qué dificultades han tenido durante estos años? Me refiero a sus desencuentros con los organismos nacionales encargados del tema.

- E: En contrapartida a su manera cruel de ‘solucionar’ el problema, nosotros hemos vacunado y/o esterilizado en 5 años a más de 5.000 perros, además de crear un albergue en Luque. Con esto demostramos que nuestro plan es viable.

- M: Lo más grave es que se firmó un convenio de concientización de personas y castración de animales, lo que se ha incumplido por la Municipalidad de Asunción desde el 2002. El acuerdo fue firmado por el intendente Riera y por un representante de la Organización Mundial de la Salud.
- ¿Cómo se llevan con las otras organizaciones pro animal?

- M: Muy bien, hemos trabajado varias veces en conjunto. Con la que tenemos divergencias es con la Municipalidad, a cuyas autoridades exigimos que cumplan la ley; de no ser así, quiere decir que las firmas no sirven de nada.

LA TIERRA PROPIA

El albergue de perros de la Fundación San Francisco de Asís queda a 45 minutos de Asunción, en plena ‘‘selva’’ luqueña. Gracias a la construcción del hogar llegó la luz eléctrica a 30 cuadras del sector. En el albergue, uno es recibido por un fenomenal concierto de ladridos. Los ex callejeros están bien cuidados y alimentados, todos tienen cara de perros buenos, se muestran amigables y relacionan las visitas con sabrosos huesos y alguna caricia. ‘‘Lino Oviedo’’, ‘‘Olivia Newton John’’, ‘‘Halloween’’, ‘‘Francisca’’, ‘‘Laika’’ y ‘‘Bianca’’ son algunos de los habitantes de este particular lugar situado en las afueras de Luque, prácticamente carente de vecinos. Es difícil pensar que estos mejores amigos alguna vez fueron una molestia en las veredas urbanas; aquí lucen fuertes y saludables. Cada uno tiene un nuevo nombre y una historia de vida. Basta mirar a ‘‘General’’, un perro sin necesidad de pedigrí, para imaginar lo que sufrió antes de ser encontrado en la calle con la oreja izquierda cercenada con un machete. Aquí ha hallado cariño y recuperación.
El albergue está abierto para todas aquellas personas que quieran adoptar una mascota. ‘‘Necesitamos gente que ayude -explica Elvira- para donar comida o venir a bañar a los perros. Lastimosamente la mayoría solo nos llama para deshacerse de algún animal. Queremos aclarar que ya no podemos recibir más perros, los caniles están llenos. Buscamos personas que quieran adoptar y que se lleven un perro para amarlo, para tratarlo como un miembro más de la familia’’.
Además de los perros, esta fundación cuida decenas de gatos abandonados y pacientemente ha reavivado a dos caballos muy estropeados que tiraban carros, ‘‘Víctor’’ y ‘‘Lázaro’’ ya olvidaron los latigazos y el hambre, hoy pacen plácidamente en un terreno de Areguá.

COCINERA POPULAR

El albergue ha dado mano de obra a 3 personas, todo un mérito en estos tiempos de lamentable emigración paraguaya. Mercedes Domínguez es la cocinera oficial. ‘‘Empezamos a trabajar temprano, a eso de las 5 de la mañana, y nos acostamos más o menos a las 10 de la noche. El día pasa rápido porque siempre hay cosas que hacer; fumigamos regularmente y limpiamos todos los días. Para dar de comer los 80 kilos de carne por día, hay que organizar a los perros por grupo. Todos son mansitos, pero tengo mis preferidos; es que algunos se hacen querer más que otros. La vida en el albergue no me parece aburrida, con mi marido jugamos con los perros como si fueran criaturas’’.

COMPROMETIDAS DE RAZA

Mónica Marín es Lic. en administración de empresas. ‘‘Nunca me tildaron de loca por amar a los animales, lo que hago es un acto humanitario. Me dediqué años a trabajar por los niños pobres, pero dejé porque me desilusionó que los mismos padres no ayudaban para que sus hijos cambiaran de vida. También fui candidata a concejal por la Municipalidad de Asunción, pero me retiré por el ambiente, no me gustó, los políticos me hicieron correr’’.

Elvira Schaerer, dos hijos, diseñadora de modas. ‘‘Trabajé con los niños de la calle y aprendí mucho, pero los animales me parecen todavía más indefensos porque no pueden hablar y sufren mucho. Comprometerse con una idea es difícil, porque cuando accionás concretamente, la gente se pone a criticar y no es capaz de aportar algo bueno o interiorizarse, y lo peor es que hasta te denuncian’’.
Enlance copiado
Content ...
Cargando...Cargando ...