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Con la falta de la nómina, porque no se hizo el censo, se ocultaba el subarrendamiento de locales, que permitió la sobrepoblación de los bloques y la ocupación de espacios libres y pasillos, según la fuente.
El ingeniero Alex Duré, quien intervino la institución desde el sábado último por mandato de la intendencia, “pidió unos días de tiempo para entregar la lista”.
También le solicitamos la cantidad de espacios vendidos y los beneficiarios, así como el dinero que ingresó a la administración por cada uno de esos sitios.
Fuentes cercanas al mercado municipal informaron que hasta ahora, a cuatro días de la intervención, Duré todavía no pidió a la contraloría interna municipal el corte administrativo. Ayer le preguntamos sobre la cuestión, y Duré afirmó que sí lo solicitó.
El ingeniero tiene cuatro meses para “ordenar la casa”. Tiene que tener un informe detallado de su trabajo de intervención para febrero del próximo año.
Datos extraoficiales dan cuenta de un sistema corrupto que impera en el Abasto desde hace décadas.
El problema principal es el hacinamiento a causa de los subalquileres de espacios y la ocupación de pasillos, por cuyo usufructo los vendedores deben abonar G. 25.000 por día a algunos funcionarios. Ese dinero no ingresa a la Comuna, ni el de los subalquileres. Todo este descontrol lleva al robo de las recaudaciones.