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Hoy a partir de las 19:00, en el salón auditorio de la iglesia Cristo Rey (Colón esquina Igatimí, Asunción) tendrá lugar un encuentro de información pública para conmemorar los 39 años de la llegada del mensaje de Alcohólicos Anónimos (AA) al Paraguay. En la ocasión brindarán mensajes el doctor Manuel Fresco (h), presidente de la Junta de Custodios, y también se prevé un mensaje de la hermana Regina Sian, quien trajo el método de AA al país. Igualmente, se dirigirán a los presentes tanto miembros recuperados, como sus familiares (cuyo grupo se denomina Al Anón).
Recuperación
“Luego de 39 años, AA sigue ofreciendo al país un programa de recuperación para los alcohólicos”, determina la hermana Regina Sian.
“No tengan vergüenza de acercarse a los grupos de autoayuda. Estamos para servir a la comunidad”, asevera.
Testimonios
En cuanto a las personas recuperadas gracias al método de los “12 pasos”, la hermana Regina Sian señala con gran orgullo: “Hay testimonios de muchísimas personas que han dejado de beber, de distintas edades, lo cual garantiza el programa de AA, que el año que viene cumple 80 años a nivel internacional”.
Mundial
“AA trabaja en todo el mundo, en todos los idiomas, en todas las razas y todas las religiones. Dios me eligió a mí para traer el mensaje y trabajar en la formación de los grupos. En todo el país hay 60 grupos”, refiere.
Comunidad
AA se define como una comunidad de hombres y mujeres que comparten su mutua experiencia, fortaleza y esperanza, para resolver un problema común, y ayudar a otros a recuperarse del alcoholismo. El único requisito para ser miembro de AA es el deseo de dejar la bebida, no se pagan honorarios ni cuotas, y la organización se mantiene con sus propias contribuciones.
Los 12 pasos
Estos son algunos de los 12 pasos para que la persona deje de beber.
1. Admitimos que éramos impotentes ante el alcohol, que nuestras vidas se habían vuelto ingobernables.
2. Llegamos a creer que un poder superior a nosotros mismos podría devolvernos el sano juicio.
3. Decidimos poner nuestras voluntades y nuestras vidas al cuidado de Dios, como nosotros lo concebimos.
4. Sin miedo hicimos un minucioso inventario moral de nosotros mismos.
5. Admitimos ante Dios, ante nosotros mismos, y ante otro ser humano, la naturaleza exacta de nuestros defectos.