Comedores de pescados esperan a los clientes

Comedores y diez puestos de venta, ubicados en el barrio San Rafael de Mariano Roque Alonso, aguardan la presencia de comensales y compradores de pescados. Los vendedores aseguraron que desde el inició de la cuarentena sanitaria, en marzo, disminuyeron los clientes

Una de las vendedoras de pescados. La cuarentena sigue restando la presencia de los  amantes de esta delicia.
Una de las vendedoras de pescados. La cuarentena sigue restando la presencia de los amantes de esta delicia.Archivo, ABC Color

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MARANO ROQUE ALONSO (Gladys Villalba, corresponsal). Pese a que aún la venta es escasa, los trabajadores del lugar afirman estar motivados y garantizan la calidad de los productos. El horario de atención en los puntos de ventas es de 6:00 a 20:00 de lunes a domingos, incluso días feriados.

Raquel Bogado, vendedora, indicó que la producción va en aumento aunque lamentó que la escasez del dorado afectó la comercialización especialmente el pasado fin se semana en la que se celebró el día del padre. “Muchos venían a buscar el dorado para comer a la parrilla, pero tuvimos muy poco. Igual vendimos mucho el pacú y el surubí”, expresó la mujer.

El precio del pacú por kilo es de G. 35.000, el surubí y el dorado a G. 40.000, la boga a G. 30.000, el mandi’i a G. 25.000, las variedades de puchero y carimbata se cotizan a G. 20.000 el kilo.

Por otro lado, las comerciantes dijeron que lastimosamente no reciben ayuda de la Municipalidad local administrada por Carolina Aranda (PLRA), así como tampoco de la Gobernación de Central administrada por Hugo Javier González (ANR cartista) y menos de otras instituciones públicas. Señalaron las necesidades son muchas pero que la prioridad es mejorar el puesto de venta que con cada crecida del río Paraguay se inunda, generando incalculables pérdidas económicas para las mismas.

Comedores habilitados

Los trabajadores de este rubro adoptaron todas las medidas sanitarias que exige el Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social (MSPyBS) y habilitaron nuevamente los comedores para los amantes de los variados platos elaborados en base al pescado.

Abel Benítez, propietario del “Buen Sabor”, dijo que lentamente los clientes volvieron a los locales gastronómicos habilitados en el barrio San Rafael, al igual que en los otros lugares ubicados en los alrededores.

Manifestó que el plato de caldo de surubí cuesta G. 10.000, la milanesa está G. 25.000, la cazuela a G. 30.000, el chupín a G. 30.000, al igual que el arrolladito.

Las minutas como la empanada y la croqueta cuestan G. 4.000 cada una.

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