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SAN BERNARDINO, Cordillera (Desiré Cabrera, de nuestra redacción regional). En febrero del año pasado, el titular del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible (Mades), Ariel Oviedo, presentó el “milagroso” plan de “Monitoreo y Tratamientos de Algas en el lago Ypacaraí”, cuya realización estaría a cargo de una firma holandesa denominada Compañía LG Sonic, en sociedad con la firma Aquaconsult de Rodolfo Durelli.
A un costo de 22 millones de euros y con un mantenimiento de 99.000 euros anuales, ofreciendo incluso un préstamo del Banco de Desarrollo Holandés (FMO), para la financiación del proyecto.
El mismo ministro Oviedo presentó el plan al Ministerio de Hacienda (MH), a través de una nota dirigida al ministro Benigno López, donde hablaba de las bondades de la novedosa iniciativa e incluso se ponía a disposición para cualquier consulta.
En el diseño se habla de la colocación de dispositivos que emiten ondas de sonidos ultrasónicas, que supuestamente crean una barrera que evita que las algas lleguen a la superficie por lo que no pueden recibir la radiación solar que permite su crecimiento y floración. Esto a través de la instalación de cien boyas preparadas tecnológicamente para cubrir un radio de 900 metros, donde se emitirán los sonidos ultrasónicos y se tendrá supuestamente un sistema de monitoreo constante, entre otras bondades.
En el proyecto presentado a Hacienda no figura ningún estudio de impacto ambiental, requisito exigido por la Ley, ni relevaciones de datos que mencionen algún análisis de factibilidad y mitigación que se deba realizar con la intervención en un área protegida.
En cambio, sí se menciona que el coordinador del proyecto es el mismo ministro Ariel Oviedo.
En marzo del 2019 se presentó el mismo plan al Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC), a través de una nota dirigida al ministro Arnoldo Wiens, firmada por el titular del Mades. Con la diferencia de que se le agregaron dos proyectos más.
Tales como un reactor generador de microbios que supuestamente se comerían las algas tóxicas, una vez que mueran por la aplicación del ultrasonido y una fitorremediación que consiste en el cultivo de árboles y plantas acuáticas para descontaminar los accesos principales de los afluentes a través de filtraciones. Sin embargo, en la nota no se consignó el costo de estos dos últimos proyectos que tendrían que aplicarse en forma conjunta con el de ultrasonido. Lo cierto es que no llega la salvación al lago, que agoniza.
Apuraron la entrega del EIA
El jueves, la Conalaypa apuró la entrega de la Evaluación de Impacto Ambiental (EIA) al MADES para avanzar con la construcción del muro con geobolsas en la embocadura del río Salado.
Si el Mades da su visto bueno al plan de gestión para la restauración de las condiciones hidrológicas del lago, las obras se iniciarían dos días hábiles posteriores a la notificación, informó Renato Maas, que encabeza la Conalaypa.
Según explicó, la obra entera del muro será una “donación” por parte de la sociedad civil. El plazo de ejecución, según estiman, es de entre 30 y 45 días una vez que el Mades notifique a la comisión a cargo.