Patrimonios históricos se encuentran destrozados

Las plazas de Armas, Juan de Salazar e Independencia que fueron declaradas patrimonio histórico nacional se encuentran devastadas tras la salida de los damnificados. Luego de notificaciones, los ocupantes están saliendo y nuevamente la comuna pagará su millonario arreglo con dinero de la ciudadanía.

Así se encuentran las plazas frente al Congreso Nacional. Las mismas son patrimonio histórico nacional según la 
 Ley 6284. Las autoridades han permitido que damnificados no solo ocupen el sitio sino que lo destrocen sin ningún tipo de control.
Así se encuentran las plazas frente al Congreso Nacional. Las mismas son patrimonio histórico nacional según la Ley 6284. Las autoridades han permitido que damnificados no solo ocupen el sitio sino que lo destrocen sin ningún tipo de control.Archivo, ABC Color

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El Congreso Nacional sancionó el 30 de abril pasado la Ley 6284 que declaró patrimonio histórico las plazas Independencia, Juan de Salazar y de Armas, incluyendo los monumentos históricos conmemorativos erigidos en esas áreas.

Sin embargo, el sitio está lejos de estar cuidado como debe estar cualquier patrimonio, ya que sus históricos pisos están destrozados sus jardines muertos y su estructura muy afectada.

A esta fecha, a más de dos meses de la baja del río Paraguay, las plazas deberían estar desocupadas e incluso arregladas, pero la realidad es otra. La Comuna ha procedido la semana pasada a notificar formalmente a los ocupantes para que abandonen el sitio, ante la presión ciudadana por la próxima disputa de la final de la Copa sudamericana en la Capital.

Por un buen tiempo, los afectados por las crecidas se han negado a salir, argumentando que tienen negocios en los refugios que han levantado en las plazas o que tienen miedo a que el agua vuelva a subir. Sin embargo, ahora el río Paraguay se encuentra a solo 1 metro de altura, por lo que esta ya no es una razón valedera.

Se les ha ofrecido camiones de mudanza y ayuda para levantar sus casas

Ayer, familias trabajaban en su mudanza, dejando ropas rotas, basura, materiales y otros desparramados por todas partes, sin mostrar gratitud por haber sido recibidos en un lugar público. Muchos otros hicieron el esfuerzo de ir a refugios y no ocuparon los privilegiados lugares en plazas públicas que son patrimonios.

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