El 2019 es un año perdido para la ya deficiente educación pública paraguaya

La cantidad de clases perdidas, principalmente debido a falta de maestros y las inundaciones, hace que el 2019 sea un año perdido para la educación pública paraguaya. El Ministerio de Educación es responsable de esto.

Miembros de la Federación Nacional de Estudiantes Secundarios (Fenaes) protestaron en abril frente al Ministerio de Educación porque hacía dos meses no tenían docentes.
Miembros de la Federación Nacional de Estudiantes Secundarios (Fenaes) protestaron en abril frente al Ministerio de Educación porque hacía dos meses no tenían docentes.

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El viceministro de Educación, Robert Cano, confirmaba días atrás que los estudiantes solo desarrollan materias cuatro horas por días, atendiendo el tiempo que se utiliza en la entrada de los alumnos, el recreo y la preparación de la merienda o el almuerzo escolar. Pero a esto se suma, este año, la importante cantidad de clases perdidas, principalmente debido a la falta de maestros a principios de año y a las inundaciones que afectaron gran parte del territorio nacional.

De hecho, las clases comenzaron en “emergencia pedagógica”, con un caos en los colegios públicos, debido a la jubilación de casi 3000 docentes, lo cual no fue previsto por el Ministerio de Educación y Ciencias (MEC), a cargo de Eduardo Petta. Como consecuencia, unos 40.000 alumnos iniciaron las clases, irónicamente, sin poder desarrollarlas por falta de maestros.

En una importante cantidad de casos, esta situación se extendió por más de dos meses. Miembros de la Federación Nacional de Estudiantes Secundarios (Fenaes) salieron en abril a protestar masivamente porque no tenían maestros para desarrollar sus clases. Varios docentes sustitutos contrató el MEC, mientras organizaba urgentes concursos para cubrir unos 19.189 puestos vacantes.

A la falta de maestros se sumaron las inundaciones, que afectaron principalmente a Ñeembucú, Central, Concepción. En mayo, el ministro Petta informaba que las crecidas de cauces hídricos perjudicaban a unos 28.800 estudiantes, de los cuales a esas alturas, unos 13.000 ya no estaban dando clases.

Todo esto obligó al MEC a adelantar una semana las vacaciones de invierno. En ese lapso de tiempo, el Ministerio pudo terminar parte de los concursos, pero aún así, en julio, 52 colegios iniciaron la segunda etapa con falta de docentes. Según denuncias, hay hasta ahora falta de maestros y, en algunos casos, ejerce de docente la bibliotecaria.

Y a todos estos días se suman los perdidos por movilizaciones docentes y de estudiantes; y feriados y asuetos, como el del Miércoles Santo, en el que no hubo clases porque así lo dispuso el ministro Petta.

De este modo, de 183 días de estudio previstos por el MEC, muchos alumnos perdieron, por lo menos, 44 días. A poco más de un mes de que termine este año lectivo, es de esperarse que el MEC planifique mejor el siguiente.

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