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“Llegué al Paraguay hace 26 años, en 1993, como voluntaria de la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA), trabajé en el Ministerio de Agricultura, en 36 zonas rurales, en Santo Domingo, un asentamiento que me enamoró –en Coronel Oviedo–. Ahí construimos una escuela para los niños y las mujeres porque no había escuelas”, recuerda la Profesora Yoko.
En ese entonces la catedrática era nutricionista, enseñó salud pública, nutrición, higiene y procesamiento de comidas utilizando productos de la huerta familiar. “Hoy soy invitada de la Universidad Nacional de Asunción, presido la Fundación Mitã’i Mitãkuña’i, para niñas y niños en zona rural, que fundé. Tenemos cuatro escuelas en San Joaquín, en el asentamiento de Coronel Oviedo y en área indígena”, detalla.
La profesora Yoko trabaja en varios proyectos de mejoramiento de calidad de vida, financiados por la JICA, que beneficia a las madres solteras en zonas rurales, de escasos recursos. “Estamos enseñando nutrición y cómo cultivar frutas y verduras en la granja en la Colmena y Coronel Oviedo. Enseñamos acerca de la fibra dietética, muy buena para la salud, que antes no se valoraba. Estamos introduciendo productos con vitaminas y fibras dietéticas, pan con verduras, con sésamo, mermeladas con mango y menos azúcar. Son muy buenas también las legumbres con cáscara”, ejemplifica.
“Vamos a enseñar, además, comercialización y costos para valorizar el trabajo de las mujeres. Yo soy antropóloga y nutricionista, me acompañan especialistas de marketing y otra nutricionista, además de estudiantes que ahorraron para poder venir a trabajar”.
Las mujeres están en grupos con su negocio propio, algunas ya están trabajando con la Universidad Nihon Gakko, y su contraparte la UNA y la Universidad Nacional de Caaguazú, que nos dan recursos humanos que ayudan a tener sostenibilidad.
En total queremos llegar a 550 mujeres que serán beneficiarias directas”, puntualizó la académica.