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El conocido narcopiloto paraguayo, que ahora tiene 69 años, salió ayer a las 00:00 de la Cárcel Central de Montevideo, donde pasó la mayor parte de la condena por narcotráfico que le impusieron después de que la avioneta que pilotaba, con matrícula de nuestro país ZP-TPA, fuera interceptada en pleno vuelo por una nave de la Fuerza Aérea Uruguaya, en Durazno.
Momentos antes “Papacho” descargó en una pista clandestina de Cebollatí un alijo de 478 kilos de marihuana prensada, que a su vez fue despachada desde una estancia de Caazapá.
Ya hace varios meses el Gobierno uruguayo avisó que Viveros Cartes quedaría libre y abrió la posibilidad de que su par paraguayo pidiera la extradición a Asunción.
El narcopiloto debe completar en nuestro país una sentencia de 17 años de encierro que le impusieron en Brasil en el año 2001, cuando fue capturado con 235 kilos de cocaína.
Por esta causa “Papacho” ya había sido traído al Paraguay en carácter de extraditado en el año 2007, a pedido de la jueza de Ejecución Ana María Llanes Ferreira, supuestamente para que también respondiera simultáneamente por otro proceso por el hallazgo de 700 kilos de cocaína en el Chaco.
Pero, llamativamente, la misma magistrada poco después le concedió medidas alternativas a la prisión y, ni bien abandonó Tacumbú, “Papacho” empezó nuevamente a traficar drogas por vía aérea.
Fue así que tras varios operativos antidrogas en Paraguay, tendientes a recapturarlo, el tío del presidente Horacio Cartes fue detenido en Uruguay, el 29 de julio de 2013.
No enviaron el oficio
Luego de que se anunciara su inminente libertad en Uruguay, en Paraguay se reiniciaron los trámites para extraditarlo.
El 20 de enero pasado dos policías de Interpol viajaron a Montevideo ya para traer a “Papacho”, pero increíblemente la jueza Lourdes Scura, quien interinaba a su colega Ana María Llanes, habría olvidado firmar el oficio y el documento nunca llegó a Montevideo, por lo que los agentes tuvieron que regresar con las manos vacías.
Después, cuando la jueza Llanes volvió de sus vacaciones, firmó un nuevo oficio en el que comunicaba a Interpol que debían ir a traer a “Papacho”, pero recién para el 9 de febrero, justo cuando vencía el plazo otorgado por Uruguay para materializar la extradición.
Cuando los agentes se preparaban para viajar de nuevo, recibieron otro oficio de la jueza Llanes, con el cual dejaba sin efecto el anterior, porque la defensa del narcopiloto presentó una apelación y, así, el proceso quedó congelado.
De este modo Viveros Cartes cumplió su condena en Uruguay pero no fue enviado a Paraguay porque nuestro país “no insistió en la solicitud”, según confirmó también el fiscal uruguayo Juan Gómez a la prensa en Montevideo.
Solamente por incumplimiento
La jueza de Ejecución, Ana María Llanes, explicó ayer que Juan Domingo Viveros Cartes tiene en Paraguay una orden de captura, pero solo por incumplimiento de medidas impuestas dentro de su libertad condicional.
Según los datos, la extradición del narcopiloto se paralizó porque sus abogados presentaron una apelación, que ahora debe ser resuelta por la Cámara de Apelaciones.