El suboficial Ferreira, más conocido con el apodo de Soldado, estaba asignado a la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC), para la lucha contra el Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), en el norte del país.
De acuerdo a los investigadores, el personal policial vive en la ciudad de Capiatá, pero por su asignación se traslada durante 15 días a la zona de Concepción y el resto del mes queda liberado de servicio. Este tiempo era utilizado por el suboficial, que tomó varios cursos de comando, para perpetrar los golpes a bordo de motos en complicidad con el exagente Sosa Rodríguez.
El miércoles de tarde, ambos sospechosos intentaron asaltar las oficinas administrativas de una empresa constructora ubicada en la compañía Isla Aveiro de la ciudad de Limpio, donde ellos suponían que estaban guardados unos G. 350.000.000.
Sin embargo, agentes de la división Investigación de Delitos del departamento Central fueron alertados del hecho y montaron una celada que terminó en la captura de ambos maleantes.
Según los investigadores, tanto el suboficial Ferreira como el exagente Sosa Rodríguez utilizaban para los atracos armas aparentemente propiedad de la Policía, como una metralleta Beretta.