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Una de las cámaras externas del sistema de circuito cerrado de la empresa grabó a las 16:55 del martes último cuando el camión blindado de Prosegur circulaba por la calle Granada, en dirección norte, es decir, hacia la avenida Fernando de la Mora.
Extraña maniobra
Pero al alcanzar la esquina con Amador de Montoya, el conductor repentinamente dobló a su izquierda, aunque inmediatamente se detuvo, volvió a retroceder el vehículo y retomó la misma calle, pero en dirección opuesta, como para salir a la avenida Médicos del Chaco.
Sin embargo, Carlos Daniel González Mallorquín avanzó solo 15 metros sobre Amador de Montoya y se detuvo en medio mismo de la calle.
El transportador de caudales permaneció con el motor en marcha por al menos 15 segundos, mientras presuntamente el empleado “infiel” recogía los billetes que había dentro del vehículo y que los guardó en dos bolsas.
Salió corriendo
Otra cámara, instalada dentro del patio de la empresa “Crucero del Norte” captó, aunque no muy nítidamente, cuando el chofer baja del vehículo y huye a pie hacia la avenida Médicos del Chaco.
A juzgar por las imágenes, se puede apreciar que el sospechoso llevó dos bolsas; una que sostenía con la mano derecha y la otra estaba bajo su brazo izquierdo.
Por de pronto, el video que ahora ya maneja la Policía ayudó a precisar que Carlos González actuó completamente solo y se descartó la versión de que fue recogido por una camioneta.
Incluso, fuentes de la investigación mencionaron que se pudo haber tratado solo de un golpe oportunista y que no fue planificado, ya que el chofer de Prosegur abordó un taxi luego de hacerse con el botín, tal vez sin calcular sus futuros movimientos.
Buscan la plata
Pese a que con este video se confirma gran parte de la versión que dio desde el principio el principal sospechoso, hasta ahora la Policía no halló el caudal robado.
La empresa denunció oficialmente la desaparición de G. 1.850 millones, pero el empleado “infiel” dijo que se llevó menos de G. 600 millones. Los uniformados indicaron que en dos bolsas como las que llevó el chofer resultaría prácticamente imposible transportar los G. 1.850 millones denunciados, considerando los billetes de baja denominación que manejaban los empleados.