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El protagonista es D., quien a pesar de tener tan solo 13 años está al borde de una crisis psiquiátrica, resultado de la disputa a la que se encuentra sometido.
D. nació en la Argentina, hijo de padre argentino y madre paraguaya. El 21 de enero del 2006, cuando tenía 2 años, su madre Milda Galeano regresó a nuestro país sin comunicarlo al padre.
La madre explicó que era víctima de maltratos físicos y psicológicos y que por esa razón huyó del vecino país con la ayuda de una vecina y sus familiares. El padre, Arnaldo Córdoba, niega dicha situación y dice que no se explica por qué su esposa se fue sin siquiera avisar.
Lo cierto y lo concreto es que ese mismo año el chico fue hallado en territorio nacional y, a petición del padre, el 26 de junio del 2006 la jueza Rosa Yambay otorgó la restitución internacional del niño. La Convención Interamericana sobre Restitución Internacional de Menores prevé su instauración dentro de 1 año a partir de la sustracción del niño.
La madre apeló el fallo y, ante la ratificación del Tribunal de Apelación, presentó una acción de inconstitucionalidad contra la decisión, que tampoco prosperó.
Ante la situación adversa, la madre permaneció con paradero desconocido hasta el 15 de junio del 2015, cuando Milda fue detenida y procesada por sustracción y ocultamiento de menor (ya finiquitado). Ínterin, el padre impulsó una campaña mediática para recuperar a su hijo, y el Gobierno argentino llegó a ofrecer una recompensa de 100.000 pesos argentinos por información sobre D.
Hoy, pese a las reiteradas peticiones de las autoridades argentinas –a instancias del padre– de hacer cumplir la sentencia, las circunstancias son otras. La psicóloga María Magdalena Velázquez advierte que D. está tan angustiado ante la posibilidad de volver a la Argentina, que está a punto de tener una crisis psiquiátrica.
Oposición de la psicóloga
La psicóloga María Magdalena Velázquez de Servín, en su declaración ante la jueza dijo que no estaba de acuerdo con que el menor regrese a la Argentina. Él está con una crisis, ya no duerme bien y siente angustia, por lo que la profesional teme que el niño pueda hacer una psicosis porque está en una etapa muy vulnerable.