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Se trata de un fusil de la marca FN calibre 7.62x51, con los números de serie totalmente borrados, que fue una de las siete armas confiscadas tras el asesinato del empresario Rafaat Toumani, en la noche del miércoles 15 de junio en pleno centro de Pedro Juan Caballero.
De acuerdo a los investigadores, el fusil estaba en poder de uno de los custodios de la víctima, quienes fueron detenidos tras el sangriento episodio.
“Todas aquellas armas fueron remitidas al departamento Investigación de Delitos, donde fueron sometidas a pruebas de balística a través del Sistema IBIS, que es infalible”, explicó el subjefe de la mencionada unidad policial, comisario principal César Silguero.
Las comparaciones efectuadas en los laboratorios confirmaron que efectivamente esta arma fue una de las utilizadas juntamente con un AK-47 para atentar en la noche del 17 de mayo último contra Jorge Enrique Fernández, quien sería uno de los pilotos que operaban para el capo narco Jarvis Chimenes Pavão, actualmente recluido en la Penitenciaría Nacional de Tacumbú, según explicaron los policías.
Testigos señalaron que el joven circulaba a bordo de una camioneta Fiat Strada blanca, que fue perseguida y alcanzada por una camioneta Mitsubishi Tritón negra, con chapa brasileña.
Los ocupantes de este último vehículo, sin mediar palabras, abrieron fuego contra la camioneta blanca con más de 50 disparos. Increíblemente, el joven Fernández sobrevivió al ataque y fue trasladado a una clínica privada.
Esto refuerza las sospechas de que efectivamente Pavão estaba vinculado con las organizaciones mafiosas que planificaron y ejecutaron el dantesco ataque contra Rafaat, indicaron.
Buscan más armas
El grupo de agentes operativos enviados desde la capital como refuerzo a Pedro Juan Caballero están abocados a la búsqueda de depósitos de armas y municiones que Rafaat Toumani tenía en la ciudad. “Todos sabían que el empresario también se dedicaba a la venta de armas y municiones, sin embargo hasta el momento ninguno de sus exempleados quisieron colaborar con la investigación”, explicaron los uniformados.
La mayoría de las armas de grueso calibre con que contaba la organización de Rafaat, para mantener el control en la frontera, fueron registradas a nombre de la empresa “Gaal Seguridad”, que era dirigida operativamente por el comisario principal retirado Enrique Alfonzo Cattonar, dijeron.