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“Paraguay, Droga y Banana”, es el título del documental, que será estrenado en los primeros meses de 2016 y es fruto de seis años de trabajo de investigación por parte de su director, el también periodista paraguayo Juan Manuel Salinas.
“La película relata la historia del narcotráfico en Paraguay, sus inicios, cuál es el punto de partida y de qué forma se inserta en la política”, explicó a EFE Salinas.
Según el autor, “el punto de partida” de lo que en Paraguay se conoce como “narcopolítica”, la implicación de gobernantes, diputados, jueces y cuerpos de seguridad en el tráfico de drogas, es la toma del poder del general Rodríguez, quien tras ocupar altos cargos militares en la dictadura fue uno de los protagonistas del golpe que derribó a Stroessner.
“La historia gira mucho en torno a la figura del general Rodríguez, si bien se ha sabido sobre sus vínculos con el narcotráfico la historia oficial lo ha blanqueado”, comentó Salinas.
La película presenta testimonios y entrevistas como la realizada al excomisario Salvador Ibarrola, responsable de apresar al narcotraficante francés Auguste Ricord, quien supuestamente hacía negocios con Rodríguez para trasladar heroína a Estados Unidos, explicó. El filme también reúne a testigos que trabajaban en pistas clandestinas para aviones, como la Pista Hernandarias, donde según el guionista, se empaquetaba la droga.
Este es un tema “que se sabe” pero que “no se toca mucho a fondo (...) No se profundiza, y es el comienzo de lo que hoy vivimos”, señaló Salinas, en relación con la situación actual de Paraguay, que es el primer productor de marihuana de Sudamérica.
Sin embargo, acotó que se trata de un fenómeno que trasciende las fronteras de Paraguay y se puede ver en países como México o Colombia.
El general Andrés Rodríguez (1923-1997), consuegro de Stroessner, acabó con una de las dictaduras más largas de Latinoamérica con un golpe de Estado que comandó en 1989.
Desde entonces, Paraguay se ha convertido en el mayor productor de marihuana de Sudamérica, pero también en una ruta de transformación en cocaína de la coca boliviana, para su venta en Brasil, Argentina y otros países, según la paraguaya Secretaría Nacional Antidrogas del país (Senad) .
El terminó “narcopolítica” cobró fuerza en Paraguay en 2014 con el asesinato de Pablo Medina, corresponsal del diario ABC conocido por sus trabajos sobre la supuesta implicación de algunos políticos con las redes de la marihuana en el departamento de Canindeyú, frontera con Brasil.
Medina fue asesinado en ese departamento cuando viajaba en coche junto a la joven Antonia Almada, quien también resultó muerta en el ataque.
Según la Fiscalía paraguaya, el autor intelectual de ese crimen es Vilmar Acosta, un exintendente de Ypejhú que este mes fue extraditado a Paraguay desde Brasil, adonde huyó tras el asesinato.