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El fuego se inició en horas de la tarde en una de las celdas del pabellón “Libertad”, ubicado en el centro mismo de reclusorio, donde se realizan los trabajos de artesanía. Fuentes penitenciarias revelaron que Sergio Lima dos Santos amontonó varios colchones, papeles y telas en el sector del pabellón para luego quemarlos.
El fuego alarmó a los demás internos del pabellón, quienes salieron apresuradamente del recinto y uno de ellos, identificado como Mauro Méndez, se desvaneció por la inhalación del humo que emanaba.
Funcionarios del reclusorio asistieron a Méndez y luego lo trasladaron en una ambulancia al Hospital de Trauma para su atención médica y luego ser devuelto al presidio. Otros dos convictos resultaron con heridas leves y fueron atendidos en el pabellón de Sanidad.
Bomberos voluntarios de las compañías de la capital acudieron al lugar para sofocar el fuego, mientras que efectivos policiales del Escuadrón Antimotines ingresaron a la prisión para controlar a la población penal.
Una vez sofocado el incendio, Lima dos Santos fue aislado del resto de los presos, quienes en total son 3.369 en ese establecimiento, según fuentes de la penitenciaría. Solo 956 están condenados.
Buscaba su extradición
Luego de ser apagado el fuego, el ministro de Justicia, Julio Javier Ríos, y el director del penal de Tacumbú, Anildo Caballero, confirmaron a la prensa que Sergio Lima dos Santos fue quien provocó el incendio, buscando su extradición al Brasil porque en Tacumbú su vida supuestamente corre peligro.
“La sociedad debe entender que en los centros penitenciarios albergamos gente considerada de alta peligrosidad. Es urgente el inicio de obras de mayor infraestructura para recluir a este tipo de internos”, manifestó Ríos.
“Hay un decreto presidencial que declara la situación de emergencia en el sistema penitenciario. Hay unos 14.700 reclusos y la capacidad es de 9.000”, recalcó.
Caballero, por su parte, indicó que Lima es un convicto “altamente peligroso” y que fue ubicado en el pabellón “Libertad” debido a que está alejado de los muros de la penitenciaría.
Sin embargo, al no existir ningún pedido de extradición de parte de las autoridades brasileñas, se estudia la posibilidad de su traslado a otra cárcel más segura.