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Según los datos filtrados ayer, el suboficial Vargas, de la división de Investigación de Delitos de la Jefatura de Policía de Amambay, fue quien avisó a sus camaradas de la oficina regional del departamento Antinarcóticos de Pedro Juan Caballero acerca de la carga de cocaína que iba saliendo el sábado 10 de enero pasado de la colonia Fortuna Guazú, de donde precisamente es oriundo el agente ahora fallecido.
La mercancía, que pesó en total 252 kilos, era transportada supuestamente en una camioneta en la que circulaban los concejales departamentales de Amambay César Augusto Quevedo Isnardi (PLRA) y José María Luis Bogado Martínez (ANR), según la misma Policía.
Sin embargo, los dos políticos, además de un suboficial que los custodiaba, presuntamente optaron por abandonar la carga al ser interceptados justamente por los policías de Antinarcóticos, que reaccionaron tras el aviso de Vargas. De todos modos, la droga fue hallada ese mismo día y los dos concejales departamentales encarcelados posteriormente.
Devolución
Pero el caso dio otro giro inesperado solo una semana después, cuando los 252 kilos de cocaína, que estaban depositados en la misma sede de la Jefatura de Policía de Amambay, fueron devueltos al jefe narco Clemencio González Giménez, alias “Gringo”, un supuesto “socio” del capo brasileño Jarvis Chimenes Pavão, actualmente preso en Tacumbú.
Aquel escándalo, igualmente, derivó en el arresto de los agentes que participaron de la entrega, así como en el desmantelamiento de casi toda la fuerza policial de la zona.
Ahora, precisamente, “Gringo” y Jarvis surgen como autores intelectuales del crimen del policía.
Sospechosos
Los mismos compañeros del policía asesinado, siguiendo las pistas del atentado, arrestaron ayer de madrugada en una serie de allanamientos a dos de los supuestos tiradores.
Se trata de Daniel Gamarra (33) y de Danilo Giménez López (28). Este último tendría ciertos vínculos de parentesco con autoridades judiciales de Pedro Juan Caballero.