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La menor de tres años murió en los primeros segundos de la Navidad de 2012, poco después de que fuera abrazada por su madre y, aún en medio de su inocencia, le dijera a esta que la quería mucho.
La niña cayó muerta en el patio de su casa del barrio Santa María de Asunción, a raíz del impacto en su cabeza de un proyectil calibre 38 que recorrió 1.575 metros después de ser disparado con un revólver por el taxista Jorge Prisco Ledezma Ortiz.
Bombas y pirotecnia
Por otra parte, el Hospital de Trauma, dependiente del Centro de Emergencias Médicas, informó que seis menores de edad y dos adultos fueron atendidos, a causa de las quemaduras que sufrieron durante la manipulación de bombas y fuegos de artificio.
El caso más grave fue de un adolescente de 14 años que perdió dos dedos de su mano derecha, al ser alcanzado por la explosión de un petardo en San Lorenzo.