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Con un informe de que la vida de la imputada corre peligro en el Buen Pastor, el juez Hugo Sosa Pasmor, con anuencia de la fiscala Claudia Criscioni, otorgó el arresto domiciliario a Báez Bogado, quien estuvo en prisión preventiva dos meses; del 25 de junio al 27 de agosto pasado. El informe fue firmado por la directora de la cárcel, María Elena Genes.
Con el argumento utilizado para favorecer a la exasistente fiscal, los jueces y fiscales tendrían que enviar a sus casas a todos los policías recluidos en Tacumbú. Sin embargo, los uniformados siguen allí, porque no encuentran como Báez Bogado, fiscales y jueces complacientes.
La exasistente fue denunciada por el fiscal antidrogas Marcelo Pecci.
Luego fue imputada por apropiación, hurto, quebrantamiento del depósito, frustración a la persecución penal, producción mediata de documentos públicos de contenido falso, uso de documentos públicos de contenido falso y por infringir la Ley 1340/88 que reprime el tráfico ilícito de estupefacientes y drogas peligrosas.
Pedido de cambio de calificación
Como el hecho punible de narcotráfico no permite la aplicación de medidas alternativas, el abogado defensor, Juan Claudio Gaona, planteó el cambio de calificación para quitar ese delito. Sin embargo, el Ministerio Público se opuso.
Luego vino a la maniobra a la que se prestaron la justicia y el Ministerio Público.
El abogado defensor presentó un informe de la directora del la cárcel de mujeres “Casa del Buen Pastor”, María Elena Genes.
La directora, el 27 de agosto pasado, informó al juez Sosa Pasmor que desde su ingreso, Báez Bogado “es objeto de constantes amenazas hacia su integridad física por parte de la delegada del Sector Nº 1, Carmen Nancy del Carmen Peralta” (ver facsímil).
Genes, inclusive, afirmó que se “hace imposible” el resguardo de la imputada porque incluso recibe amenazas en su propia celda, teniendo en cuenta su condición de exfuncionaria del Ministerio Público.
Empero, esto no puede servir de argumento para el arresto domiciliario. Tanto el juez como la fiscala hubieran ordenado a la directora de la cárcel de mujeres reforzar la seguridad de la imputada.
Este tipo de decisiones, tomadas para favorecer a personas que tienen conexiones con el poder, son las que indignan a la ciudadanía.
Mal manejo de evidencias
- La exfuncionaria imputada Vania Báez Bogado había sido favorecida con la declaración de su exjefe Francisco de Vargas, actual ministro del Interior, quien confesó el manejo totalmente negligente de las evidencias en la Unidad Antidrogas de la Fiscalía, que antes estaba a su cargo.
- En su declaración indagatoria, Báez Bogado sostuvo que todas las evidencias que retiraba las dejaba en el despacho de su entonces jefe el fiscal Marcelo Pecci. Las guardaba en un armario, pero que estaban expuestas a que cualquier funcionario las sustrajera. Agregó que tiene conocimiento de desapariciones de otras evidencias de otras unidades antidrogas de la fiscalía, pero que las mismas no fueron denunciadas.