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El equipo de ABC Color lo encontró a Pastor Martínez en el patio de la zona conocida como pabellón “Libertad”, uno de sus lugares preferidos de los últimos diez años de su vida, ya que desde 2006 que está recluido en Tacumbú y desde entonces, no salió a la calle en ninguna ocasión.
Pastor Martínez tiene vocación de periodista y de docente. Desde hace un par de años, es profesor de enseñanza primaria y de media para los reclusos que ingresan a este pabellón. “Estoy colaborando con el programa de Transformación Integral, que administra la Iglesia Concordia y que yo lo considero el pulmón de Tacumbú” señala Martínez.
Sobre el programa, expresa que el pabellón “Libertad” resulta una experiencia muy importante para los reos que buscan realmente una oportunidad para la famosa “reinserción” social, que tanto se reclama al sistema penitenciario nacional pero que actualmente, está muy lejos aún de cumplir con ese objetivo, a nivel general.
Pero hay ejemplos pequeños, pero muy válidos. Es el caso de lo que se presenta en Tacumbú con el pabellón “Libertad”, que tiene capacidad para 530 reclusos pero en el que están ahora mismo 540. Todos los que ingresan al programa, deben estudiar o trabajar en alguno de los oficios que se ofrece, que van desde carpintería, forraje de termo o serigrafía. Sin embargo, hay iniciativas propias, como el caso del reo Enrique Rojas, que fabrica globos locos o carpas para camping desde el taller de este programa.
Escritor tras rejas
Pastor Martínez considera que la posibilidad de estudiar para los reclusos es fundamental, ya que conoció de casos en que, recién estando en la penitenciaría, varios de ellos acudieron a una escuela.
“Yo por ejemplo, me hice escritor aquí. Porque aprendí a escribir desde el corazón de Tacumbú, sobre muchas de las vivencias que pasé, sobre cada historia que viví, y que en la escritura encontré la forma de comunicar mis sentimientos”, señala Martínez.
Condenado a 16 años por tráfico de marihuana, Pastor Martínez dice que todos cometemos errores y que él ya está pagando el suyo. Señala, además, de que toda persona debe tener una segunda oportunidad y que él está dispuesto a salir por la puerta grande de la penitenciaría. Afirma que estar diez años alejado físicamente de los seres queridos pesan demasiado. “Tengo cuatro hijos que gracias a Dios están progresando, estudiando, son una bendición”, señala el recluso, que además sostiene que recibe todo el apoyo de su familia.
Martínez espera que en junio próximo el Poder Judicial revise su caso y le pueda otorgar medidas alternativas, ya que cumplió más de la mitad de la condena y además registra muy buena conducta.
Esto lo confirmó el propio director del Penal, Luis Barreto, quien destacó igualmente el trabajo realizado por Martínez dentro de la Penitenciaría.
No obstante, Martínez fue claro al señalar que no piensa abandonar la docencia en Tacumbú, ya que considera que brindando ese servicio, está devolviendo de alguna manera lo que le dieron y, sobre todo, esa motivación de poder ayudar a cambiar la vida de otros reclusos es superior a todo, dice.
Valorar la libertad
Sobre lo que le deja Tacumbú, Pastor Martínez se expresa absolutamente convencido: “Tacumbú para mí fue valorar la vida, valorar la libertad, Tacumbú me deja eso como enseñanza y es algo que uno no puede olvidar nunca”.
Sobre sus obras, dijo que apunta como escritor a expresar lo que muchos no pueden, principalmente quienes fueron o son compañeros suyos en la cárcel. Asegura que seguirá escribiendo, que gracias a esta experiencia hoy puede decir que está presto a enfrentar una nueva vida, dejando Tacumbú, pero llevando sus enseñanzas en el corazón.
Caso “Zafiro”
A mediados de 2006 un operativo conocido como “Zafiro” entre policías de Paraguay y Chile desarticuló una banda que intentó traficar 2.000 kilos de marihuana. Martínez formó parte de ella y fue condenado a 16 años de cárcel. Los demás integrantes Víctor Roig Báez, Teodoro Saiz Silvera, Carlos López, Lelis Álvarez, Zunilda Roig, recibieron entre 16 y 20 años.
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Fotos: Juan Ramón Ávila