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Almirón Barrios, quien se dedica a la cacería, se presentó en compañía de un abogado anoche ante la Fiscalía y confesó el asesinato del efectivo policial Mario Báez.
El agente falleció a causa de un certero tiro, en un incidente que sucedió en el centro del distrito de San Pablo, en una casa donde se jugaba un partido de vóleibol, luego de lo cual el autor se dio a la fuga y ayer decidió presentarse ante la fiscala Dominga Benítez, de San Pedro de Ycuamandyyú.
El detenido manifestó que protagonizó una pelea con dos personas y que al ver que ambos sujetos tenían machetes en sus manos, fue a su casa a buscar su escopeta de fabricación casera y que al volver a la vivienda donde se jugaba vóleibol y donde habían quedado los sujetos con quienes tuvo la pelea, dijo que de repente se percató de que alguien se le acercaba desde una zona oscura y disparó.
“Vino de hacia mi espalda, desde una zona oscura y no sabía que era policía. Le disparé, luego vi otras personas que corrían y volví a disparar, pero al aire, luego me fugué”, manifestó Almirón.
Se arrepiente, afirma
Posteriormente, el hombre expresó que se arrepiente de lo ocurrido. “Me presenté porque está mal lo que hice y no sabía que era policía, y estoy arrepentido”, expresó.
De acuerdo con el antecedente, en la noche del 1 de mayo último el suboficial Báez recibió una llamada telefónica en la que el dueño de una despensa solicitaba presencia policial, porque había una discusión entre personas que jugaban un partido de vóleibol.
Báez acudió en su motopatrulla para mediar en la situación, pero al llegar al lugar recibió el disparo. Fue llevado de urgencia al Hospital Regional de San Pedro del Ycuamandyyú, pero instantes después se confirmó su deceso.