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La Dra. Lis Kreitmayr, directora del Centro Nacional de Toxicología, indicó los cuidados para la población aledaña al lugar y, por sobre todo, para los funcionarios de la ANDE y bomberos que se encuentran en el sitio. Sostuvo que el humo es tan tóxico como cualquier otro, pero el mayor riesgo radica en tener contacto con el aceite que salpica de los transformadores.
En caso de salpicaduras o contactos con la piel, la profesional recomendó tomar una ducha con agua jabonosa e inmediatamente, no automedicarse, dirigirse al centro de salud más cercano para la evaluación correspondiente. Además, colocar en bolsas de plástico la ropa que haya tenido contacto con el aceite y entregarla al personal de salud o a los bomberos.
El servicio del ministerio en la zona es el hospital materno infantil de San Lorenzo en Calle’i. También puede dirigirse al Hospital de Clínicas, dependiente de la Facultad de Medicina.