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CIUDAD DEL ESTE (De nuestra redacción regional). El asalto ocurrió a las 08:20 en el kilómetro 47 de la Supercarretera Itaipú, en el lugar denominado Santa Mónica, distrito de Santa Fe del Paraná, donde fue atacado un camión de la empresa Guardián SA que salió de Ciudad del Este y se dirigía a San Alberto.
A bordo del carro blindado iban el conductor Yony Rolando Ayala Quiñónez, el cajero Óscar Cristaldo Portillo y los guardias Marciano Candia y Carlos Rotela Fernández.
Otros dos custodios, Miguel González Britos y Derlis Javier Colmán Candia, los escoltaban en una patrullera Mahindra de la misma firma.
El traslado de las dos bolsas llenas de plata se hizo sin acompañamiento policial, como debía haber sido, pues el funcionario de Guardián SA que tenía que avisar a los uniformados “se olvidó”.
Las supuestas víctimas dijeron que fueron 10 a 15 asaltantes encapuchados y armados, que actuaron en diversos vehículos, uno de los cuales, un coche Citroën con chapa brasileña, fue quemado en la escena. Una camioneta Toyota Hilux también fue abandonada a unos 30 kilómetros, a pocos metros de una balsa que cruza hacia el distrito de Mariscal López, departamento de Caaguazú.
Los custodios dijeron que fueron obligados a bajar del rodado, arrojados al suelo y golpeados, antes de entregar el efectivo que llevaban.
Durante la intervención fiscal y policial, uno de los guardias de Guardián SA fue sorprendido cuando arrojó al pavimento unos cartuchos de fusil y otros de pistola, presuntamente como para hacer creer que se trataba de evidencia dejada por la gavilla. A raíz de esta situación, el fiscal de Hernandarias, Alfredo Acosta Heyn, dispuso la detención de todos, bajo sospecha de complicidad.
Otros datos llamativos que revelaron los policías intervinientes fueron que la patrullera que escoltaba el transportador de caudales quedó en un surtidor, que el mismo carro fuerte estaba perfectamente estacionado en la calzada y que el citado vehículo presenta solo siete impactos de bala, calibre 9 milímetros, que ni siquiera rasgaron el blindaje.
Los clavos “miguelito” hallados en el sitio fueron colocados cuidadosamente sobre el asfalto y no parecieran haber sido arrojados.
En el mismo lugar
Coincidentemente, este nuevo atraco contra la empresa de seguridad Guardián SA se produjo en el mismo lugar donde ya había sido atacado otro blindado de la misma firma, específicamente el 10 de abril de 2017, cuando el botín también orilló los G. 1.000 millones. En menos de una década, la empresa Guardián SA sufrió al menos una docena de asaltos, en los que perdió casi G. 18.000 millones.