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“El doctor José Emilio Gorostiaga y el doctor Alcides Cáceres se encargaron de todo y llevaron el juicio hasta el final. Ellos no me cobraron un solo guaraní. Yo solamente les di poder y nada más. Yo les agradezco mucho”, recordó María Gloria Zapattini.
Tras 15 años de reclusión, Colmán fue beneficiado con libertad condicional, para desesperación de su esposa, que ahora vive con el temor de un nuevo ataque.
“Cuando él salió, hace casi 5 años, empezó a llamar acá, porque quería verle a su hijo. Eso me asustó muchísimo, entonces vino una escribana, registré todas las llamadas e hice la restricción de 500 metros a la redonda para mí y para mi hijo”, comentó.
María Gloria recordó que en el cumpleaños de su exsuegra, su hijo se fue a saludarla y se asustó al encontrar allí a su padre, que tenía una salida transitoria. Fue la última vez que visitó a su abuela. En otra oportunidad, ella llevaba flores a la tumba de su hija y encontró a su exesposo.
“El problema que yo tengo ahora es que él está libre, quince años nomás estuvo preso. Con todo lo que hizo, le dieron libertad condicional y en enero compurga. Él vive con su mamá anciana de 90 años y una señora que le cuida. Yo no puedo salir sola de mi casa porque sé que él está libre”, expresó.
Mientras Colmán estuvo preso su esposa recibió un subsidio “auxilio por reclusión” y el seguro médico, ambos cancelados tras su liberación. Juicio civil mediante, logró una pensión del 25% de la jubilación por invalidez de Colmán, pero no el seguro. Agotada la instancia judicial la petición está en manos del director de Itaipú, James Spalding.
“Yo tengo que hacer rehabilitación de por vida, tomo muchos medicamentos y el seguro cubre todo. El seguro es demasiado importante para mí”, explicó.