Relato de hermana de víctima fatal

La hermana y la mamá del joven Mauricio Benítez Torres (22 años) asesinado por guardias privados de Protek declararon ante la fiscala Sara Torres que se pidió clave para monitorear el auto que llevó sin permiso la víctima y el caso se pasó como robo de vehículo.

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Por el hecho está preso el guardia Julián Benítez Ojeda (quien realizó el disparo) y con arresto domiciliario su compañero Óscar Blanco. Además, uno de los dueños, Luis Fretes, y el gerente José Castillo están imputados por violación a la ley de armas.

Romina Benítez Torres declaró el pasado 14 de julio que su hermano le pidió prestado el automóvil Hyundai i10, blanco, el 15 de junio y que, como se negó, este salió de todos modos de la empresa de su familia ubicada en San Lorenzo.

A raíz de esto la testigo indicó que decidió utilizar el sistema de monitoreo del vehículo con la firma Protek. Por tal motivo, dijo que llamó al hijo de uno de los dueños, Fernando Fretes, y le pidió su intermediación para acceder a una contraseña y seguir el rodado a través de su computadora. “Mauricio toma mi vehículo y se va probablemente a realizar su terapia de despedida de adicción (a drogas) porque él estaba decidido a ser una persona libre de adicción”, relató primero.

Alegó que tras el pedido de contraseña le llamó uno de los dueños, Luis Fretes, a quien le solicitó lo mismo y acotó que su hermano era inofensivo porque estaba lastimado. “En la segunda llamada le digo que no quiero que se avise a la Policía, porque hace unos días le garroteó a un adicto. Escucho comunicaciones de que hubo disparos y ahí me cortan la llamada”, refirió.

Su madre, María Torres de Benítez, ratificó su versión y agregó que su esposo se fue hasta el lugar donde su hijo fue disparado y corroboró su muerte.

El guardia Óscar Blanco, por su parte, había declarado que el caso se pasó como robo de vehículo, lo que habría quedado registrado en un audio.

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