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La mujer fue inhabilitada en el 2011 para contratar a través de sus firmas Preciosa y Don Raúl. Sin embargo, se las ingenió para hacerlo a través de Granos y Aceites, empresa que abrió a nombre de dos empleadas, Julia Carolina Velázquez Ayala y Karina Fabiola Gómez Fretes, como presidenta y vicepresidenta.
En el 2013 soportó un proceso junto a Raúl Alberto Rodríguez por supuesta coima y sobornos a instituciones públicas por un esquema de modalidad de pagos para ganar licitaciones. Fue imputada pero el proceso quedó en la nada, pese a que primeramente hubo indicios de que pactaba con los administradores de turno un porcentaje de coima, que consistía generalmente en no proveer insumos objeto de la licitación y entregar el 60% del importe de los pagos que se realizaban, y el 40% quedaba en el patrimonio de las empresas. También, que proveía parte de las mercaderías, pero nunca todo.