Red de traficantes usaba edificios y estancias para el lavado de dinero

El presunto jefe narco Víctor Brítez Aranda (43), alias Chápalo, capturado el viernes último en su residencia de Hernandarias, comercializaba unos 500 kilos de cocaína por mes en la zona de Tres Fronteras. El capo mafioso lavaba su dinero en construcción de edificios, compra de estancias y venta de vehículos. Una de sus haciendas ocupa parte del Parque Nacional Ybycuí, donde tenía varias especies de animales silvestres y un lago artificial.

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La captura del supuesto capo mafioso se logró durante un megaoperativo que movilizó a 40 agentes especiales de la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad). Los investigadores allanaron en forma simultánea tres propiedades de Víctor Brítez Aranda. Su residencia está ubicada en el exclusivo Paraná Country Club de Hernandarias, donde fue capturado. Solamente esta propiedad está valuada en unos US$ 2.000.000 de acuerdo a los intervinientes.

Al mismo tiempo, los efectivos irrumpieron en un predio del clan, ubicado en la ciudad de Coronel Oviedo, y en la hacienda de Ybycuí. La estancia ocupa parte del Parque Nacional Ybycuí. En el sitio los agentes hallaron 309 kilos de cocaína.

El establecimiento ganadero era utilizado como un depósito de droga, donde recibían cargas de estupefacientes que llegaban vía aérea desde Bolivia. Luego era remesada la droga a la zona de las Tres Fronteras, en vehículos con doble fondo y en cantidades que nunca superaban los 100 kilos.

El establecimiento contaba con un zoológico privado, con variedades de animales silvestres y un lago artificial para la cría de peces, con autorización de la Secretaría del Ambiente (Seam), a más de un bar, baño con jacuzzi y un gimnasio equipado.

Junto con Brítez Aranda fueron capturados cinco de sus principales colaboradores: Isidro Galeano (28), Julio César Espinoza Duarte (27), Richard Fernández (30), Elías Fretes (39) y Nelson Galeano (30). De acuerdo a los agentes, la estructura de Brítez Aranda estaba integrada casi en su totalidad por familiares, que se encargan de administrar los negocios que tenían montados en el Alto Paraná, que utilizaban para lavar el dinero obtenido del tráfico de estupefacientes, confirmaron.

En el esquema de lavado de dinero del clan figuran varias estancias, entre ellas la de Ybycuí, donde supuestamente se efectuaba engorde intensivo de ganado vacuno; “Ybycuí Import & Export”, para venta de vehículos; “Rap Technology SA”, negocio dedicado a la venta de productos de informática y electrónica, además de edificios en Ciudad del Este, señalaron.

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