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El reclamo fue realizado en el patio de la citada escuela, donde los alumnos, padres de familia, maestros, directivos y la supervisora pedagógica, Lic. Liz María Caballero de Paredes, exhibieron pancartas en la que solicitaban justicia.
Posteriormente, los manifestantes mayores y un grupito de niños pasaron a la oficina de la Consejería Municipal por los Derechos del Niño, Niña y Adolescente (Codeni) de la Municipalidad y luego al Ministerio de Defensa Pública, para continuar con su petición.
Según el informe oficial, el pasado 18 de setiembre a las 14:00, aproximadamente, había ocurrido el abuso sexual del niño, detrás de la banca de suplentes del Club Aquidabán de Quiindy.
El niño llegó llorando a su casa y comentó a su padre lo ocurrido. Tras la denuncia ante la Policía, el niño fue atendido por el forense del Ministerio Público, Santiago Ibarrola, quien hizo el diagnóstico que confirmó la existencia del crimen.
El presunto autor fue detenido mediante oficio del fiscal Francisco Gabriel Núñez. Horas después, el denunciado quedó con prisión domiciliaria por orden de la jueza en lo Penal de la Adolescencia de Paraguarí, Victoria Ortiz. Esta medida provocó repudio, teniendo en cuenta que el presunto victimario vive a solamente una cuadra de la casa de la víctima.
Al ser consultada, la jueza expresó que el acusado tendría trastorno mental y que dictó dicha medida provisoria temiendo que como casos anteriores su determinación sea revocada por la Cámara de Apelación integrada por los abogados Melanio Mereles, Inocencia Alfonso y Germán Torres.
No obstante, dijo que ahora que sabe que son vecinos la víctima y su presunto victimario, cambiaría la medida.
Los manifestantes, acompañados por la responsable de la Codeni local, Lourdes Escobar, en el Ministerio de Defensa Pública intentaron hablar con la asistente de la Defensoría del Menor, Nancy Fleitas, pero lograron hacerlo con el administrador de la institución, Arnaldo Isasi, quien expresó que la Defensoría del Menor nada tiene que ver en este caso.
La actitud del funcionario provocó que el padre del menor le reprochara con vehemencia: “Vos como hijo de otro abusador procesado no deberías trabajar en la Defensoría”. Isasi entró presuroso y posteriormente salió a conversar con el grupo la señalada asistente Fleitas, a quien solicitaron orientación.