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La mujer calificó de ineficiente la labor fiscal y policial por no aclarar el crimen con fines de robo que sufrió su hijo Ángel, el 22 de agosto del año pasado. Alertó, además, que en las inmediaciones donde balearon a su hijo prosiguen los asaltos ejecutados por los motochorros.
“A un año del asalto y muerte de mi hijo no hay siquiera sospechosos, mucho menos detenidos e imputados en la causa”, se quejó la mujer ante esta corresponsalía en su vivienda de la compañía Costa Sosa de Luque.
La investigación del crimen está a cargo del fiscal José Morínigo y agentes de Brigada de la Policía de Central, cuyo jefe es el comisario Germán Arévalo.
“Poco después que le hayan matado a mi hijo, la Policía detuvo a dos sospechosos (Mílner Ramón Zorrilla y Hugo González Casanova), pero luego fueron liberados porque no fueron reconocidos por los testigos y no tenían pruebas en su contra”, explicó la mujer.
El joven era catequista de una capilla cercana a su vivienda, además de ser funcionario del hospital regional de Luque y cursaba el 1º año de la carrera de Periodismo en una universidad privada.
La madre, a pesar de que forma parte de la Asociación de Víctimas de la Inseguridad, alega sentirse sola en la lucha por aclarar el crimen de su hijo.
Antecedentes
Dos asaltantes a bordo de una motocicleta y armados encararon al universitario cuando iba camino a la parada de ómnibus para ir a su lugar de trabajo y le exigieron la entrega de su celular y la mochila.
El joven accedió a darles el teléfono móvil, no así la mochila en la que tenía su trabajo práctico de la facultad y qué debía entregarlo esa noche. Ofuscado, el malviviente que portaba el arma descerrajó dos tiros que dieron en la pierna derecha y el cuello. La víctima cayó al suelo gravemente herida y en un camión repartidor de mercaderías, un grupo de vecinos lo llevó hasta el hospital del IPS de Luque, donde se confirmó su deceso después de que los médicos intentaran en vano reanimarlo.