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En sus alegatos finales la fiscala Pamela Pérez ha solicitado la condena de 26 años de cárcel para el suboficial Jhonie Orihuela por homicidio en grado de tentativa, persecución de inocentes y denuncia falsa.
Mientras que para el comisario Jorge Zárate requirió la pena de 14 años y seis meses de prisión por denuncia falsas, frustración y persecución de inocentes.
En su argumentación la agente se basó en tres momentos trascendentales ocurridos en la madrugada del 13 de agosto del 2016. En primer término sobre el hecho en sí manifestó que el testimonio de tres testigos presenciales, más el circuito cerrado y el acta de reconstrucción balística indican que Richar Pereira no opuso resistencia alguna al momento del procedimiento. Sin embargo el suboficial Jhonie ejerció una fuerza desmedida colocando el arma en la nuca y disparando, por lo cual la víctima tuvo que ser arrastrada hasta la patrullera.
Según la propia declaración del comisario Zárate, durante el trayecto a un nosocomio este oficial escuchó dos disparos, a lo que el suboficial le respondió que continúe. Al llegar al hospital de Barrio Obrero, el suboficial Orihuela le sacó las llaves del vehículo a Richar y se retiró. A partir de ahí explica la fiscala que continúa el segundo momento, tratar de incriminar a Richar Pereira. El suboficial volvió al lugar del hecho a buscar el auto de la víctima, lo abordó y trasladó hasta la Comisaría 4ª metropolitana y una vez ahí con el consentimiento del comisario Zárate el suboficial Orihuela introdujo en el vehículo la cantidad de 33,6 gramos de marihuana y lo escondió detrás del asiento del conductor. También colocó en el rodado un arma calibre 22. En el último momento, los uniformados comunican al Ministerio Público lo ocurrido para que Pereira sea investigado por enfrentarse a la policía y por tráfico de drogas. Los abogados querellantes Jorge Bogarín y Betina Legal pidieron pena de 26 años para ambos policías.