Cargando...
Durante su homilía monseñor Cuquejo pidió a los administradores de la justicia tener en cuenta las leyes y a las personas que están privadas de su libertad y, por sobre todas las cosas, el respeto de los derechos humanos.
Doce años atrás, cuando Cuquejo fue promovido como arzobispo de Asunción, inició su misión pastoral justamente en la cárcel de Tacumbú. A tres días de presentar su renuncia al Vaticano, ayer se despidió de los internos del penal con una misa.
Cuquejo también presidió la habilitación de un tinglado dentro del recinto carcelario, que será destinado para recibir a los visitantes, especialmente en días lluviosos. En el sector ubicado detrás del portón fue inaugurada una gruta con la imagen de la Virgen de la Merced.
Tras los oficios religiosos, los 2.689 reos participaron de un almuerzo en el que se sirvieron más de 2.000 kilos de carne asada, que fueron cocinados en la parte posterior del reclusorio, por los mismos internos.
La jornada de festejos prosiguió con la actuación de varios grupos musicales, tanto nacionales como internacionales. Los festejos también se extendieron a los demás establecimientos penitenciarios.