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Específicamente es el título que el BNT tiene sobre la finca número 366, con Padrón N° 438 Del Distrito de Naranjal.
Busanello sustentó su reclamo judicial alegando actos ilegales, arbitrarios simulados, intimidatorios y dolosos. Asimismo, invocó un error al momento de las transferencias que se realizaron sobre dicho inmueble a lo largo de varios años.
La quiebra del BNT, a través de su representante convencional, opuso a excepción de prescripción como de previo y especial pronunciamiento.
La defensa del banco quebrado argumentó que los hechos y el derecho invocados por Busanello provienen de supuestos actos anulables, por lo que la acción para perseguir sus nulidades se encuentran prescriptas.
Según el BNT, el Código Civil (artículo 663) refiere que cuando se pretende anular actos jurídicos viciados, como los invocados por Busanello, el plazo para promover la acción es de dos años. La actual demanda de nulidad fue instaurada el 28 de agosto de 2013 y se notificó a la quiebra del BNT el 4 de setiembre de 2014.
Sin embargo, según la defensa del banco, el propio Busanello agregó como pruebas de la nulidad perseguida varios instrumentos públicos, que datan incluso del año 2010, y que dan cuenta que desde esa época el accionante tenía conocimiento de los supuestos actos, hoy atacados de nulidad.
La prueba más palpable del conocimiento de estos supuestos actos nulos guarda correspondencia con una demanda de usucapión sobre la misma finca que Busanello promovió contra el BNT, y la cual perdió, señalaron los abogados de la quiebra, quienes recordaron que esta es la segunda demanda que plantea Busanello contra el BNT. La otra es una usucapión sobre la misma propiedad, juicio en el cual recayó sentencia favorable a la entidad en quiebra en primera y segunda instancia. El expediente está hace rato en la Corte por una inconstitucional que presentó Busanello.