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En su exposición ante el Tribunal de Sentencia integrado por Javier Sapena, Leticia Fracchi y Carlos Vázquez, Ovelar confirmó además que pudo constatar una serie de irregularidades. Violación del deber de llevar libro de comercio, inexistencia de documentos que respalden gastos realizados y hasta pago de seguro del vehículo de Medina con dinero de la aguatera, son las anomalías detectadas.
“Fue un trabajo muy difícil porque casi no había documentación. Él (Medina) hacía y deshacía ahí como se le antojaba. Le enviaba a su hijo a cobrar a la gente, ni recibo tenía”, dijo la fiscala María Estefanía González, tras indicar que el perjuicio detectado con la documentación que se pudo rescatar orilla a los G. 200 millones.
Medina, quien estuvo 15 años al frente de la aguatera que surte a varios barrios de San Antonio y Ñemby, está acusado por apropiación, estafa, lesión de confianza y violación del deber de llevar libros de comercio, cuya expectativa de pena supera los 10 años de prisión. A su vez, su hijo fue acusado por apropiación y estafa y a la contadora, por violación del deber de llevar libro de comercio y lesión de confianza.