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La petición fue realizada en una audiencia registrada en la sede del Foro de la Justicia Federal ante el magistrado auxiliar Pedro Felipe De Oliveira Santos.
En representación de Paraguay participaron en la misma el fiscal de asuntos internacionales, Manuel Doldán; el director de Asuntos Legales del Ministerio de Relaciones Exteriores, Rubén Darío Ortiz; y la segunda secretaria de la Embajada de la República del Paraguay en el Brasil, Analía Borba. Por el Ministerio Público Federal del Brasil, interviene la procuradora de la República, Anna Cláudia Lazzarini.
Óscar Luis Benítez y Lorenzo González Martínez, quienes fueron capturados en noviembre del 2017, estaban con paradero desconocido desde 2005, tras el macabro hallazgo de los restos mortales de la hija del expresidente de la República Raúl Cubas Grau y de la actual senadora Mirta Gusinky.
Según la Fiscalía, Benítez alquiló en San Lorenzo una casa desde la cual vigilaban la residencia de Cecilia. Igualmente, alquiló otras viviendas de resguardo para sus cómplices, en Fernando de la Mora, Lambaré y Luque. El celular que usaba el mismo fue ubicado técnicamente en el mismo lugar donde se cobraron los 300.000 dólares que la familia de Cecilia llegó a pagar al EPP, en el distrito de Nueva Londres, departamento de Caaguazú.
A su vez, González participó directamente en la captura de Cecilia Cubas, aquella noche del 21 de setiembre de 2004. Igualmente, participó de la famosa “reunión del punto final”, que se hizo el 13 de enero de 2005 entre los miembros de la cúpula del Partido Patria Libre y en la que se decidió el asesinato de la joven.
Víctima fue enterrada viva
Cecilia Cubas Gusinky, de 31 años, hija del expresidente Raúl Cubas Grau, fue secuestrada el 21 de setiembre de 2004. La familia pagó US$ 300.000, pero la liberación jamás se produjo. El 16 de febrero de 2005 su cuerpo fue hallado en un túnel de una casa en Ñemby, donde fue enterrada viva. Según la Fiscalía, Óscar Benítez y Lorenzo González integraban el brazo armado del partido de izquierda Patria Libre, que dio origen al grupo criminal Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), para el cual Benítez reclutaba gente.