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Se trata del general retirado Eduardo Alfonso (68), sindicado como uno de los más salvajes represores durante la dictadura militar en la Argentina, quien al descubrir que agentes del departamento Antisecuestros de la Policía lo estaban buscando regresó a su país, donde el domingo último se presentó ante el juzgado Federal de San Martín, provincia de Buenos Aires.
El represor ingresó a nuestros país años atrás y gracias a contactos en la Policía y a una fuerte paga en dólares consiguió una cédula paraguaya con el nombre de Walter Fariña. Con esta identidad, el criminal trabajó para una productora perteneciente a dos abogados argentinos, quienes también le consiguieron un lugar donde vivir y hasta líneas telefónicas para comunicarse sin ser detectado.
El 23 de junio último, agentes del departamento Antisecuestros de nuestro país recibieron el exhorto para la búsqueda y detención con fines de extradición de Alfonso. “Los investigadores argentinos también remitieron algunos datos del prófugo, como su actual fotografía y los números de celulares que estaba utilizando”, señaló el jefe de Antisecuestros, comisario principal Gilberto Fleitas.
Tras las primeras averiguaciones, aparentemente, el criminal argentino fue alertado de que lo estaban buscando y para evitar ser capturado en Paraguay regresó a su país , donde se entregó a la justicia.
De acuerdo con el informe de la Dirección General de Migraciones, el represor ingresó a la Argentina por Clorinda con su documento paraguayo a nombre de Walter Fariña. El caso fue informado al fiscal de Asuntos Internacionales, Manuel Doldán.
Tras la confirmación de la presencia de Alfonso en Buenos Aires, los agentes de Antisecuestro ahora indagan sobre la identidad de los abogados que habrían ocultado en nuestro país al criminal argentino.