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El cinematográfico golpe ocurrió en la ruta que conecta Amambaí con Caarapó, en el estado de Mato Grosso del Sur, a unos 60 kilómetros de la frontera con Paraguay.
Según los datos de la Policía Civil brasileña, seis vehículos bloquearon ambos lados de la ruta y emboscaron un carro fuerte de la empresa Brinks, a bordo del cual iban cuatro custodios.
Los atacantes del PCC utilizaron fusiles calibre 5.56 y punto 50, según los casquillos levantados en la escena.
El blindado fue a parar al costado de la ruta, donde fue abierto con una detonación con C4, que literalmente destrozó el camión.
Los guardias de seguridad fueron rendidos y saqueados, aunque sobrevivieron al dantesco ataque del PCC.
Según los delegados de la Policía Civil, el botín oscilaría los 700.000 reales, el equivalente a 1.204 millones de guaraníes.
Aunque la ciudad paraguaya más próxima al lugar del asalto es Capitán Bado, en el departamento de Amambay, en realidad la gavilla habría huido hacia el lado de la frontera con el departamento paraguayo de Canindeyú, más específicamente a la ciudad de Corpus Christi. Desde este punto, a su vez, podrían haber llegado a la capital departamental, Salto del Guairá, siempre según el relato de los policías brasileños intervinientes.