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La jornada comenzó con una misa celebrada por el sacerdote jesuita Jesús Montero Tirado, en el Obispado Castrense del barrio Santo Domingo.
El religioso señaló que tristemente en nuestro país “se castiga más el robo de una vaca, que la violación de una mujer”, haciendo alusión a las expectativas de penas.
A su vez, indicó: “Hacerles daño a los menores es absoluta y radicalmente inhumano. Los niños son intocables, se merecen respeto ya que dañarlos va contra el instinto de conservación de la propia especie”.
Montero Tirado celebró el reclamo de las organizaciones civiles, que exponen el tema a la opinión pública y esto puede ayudar a abrir los ojos. “No se cansen, con sensibilizar no basta, hay que llegar a la concientización con mucho trabajo”, aseveró.
Tras la homilía celebrada, un numeroso grupo de niños, adolescentes y padres marcharon de manera pacífica y portando vestimenta y banderas blancas hasta la entrada del Parque de la Salud de IPS, donde se congregó alrededor de una tarima con micrófono abierto para que aquellos que sentían ganas dieran su mensaje.
Rosa Pappalardo, de la “Asociación Familias Unidas”, indicó que los padres deben hacer un mea culpa.
“Estamos cada vez más ausentes en la transmisión de los verdaderos valores a los hijos, y los jóvenes amparados en su corta edad justifican la falta de firmeza para decir un no rotundo a todo aquello que a pesar de su falta de experiencia saben que está mal y no lo rechazan. Debemos enseñarles que sus actos tienen consecuencias. No nos hacen falta nuevas leyes, sino aplicar las que están, siempre con Dios como guía”, refirió.
Por su parte, Claudia Cruset, de la organización “Banderas Blancas”, dijo que la familia de la víctima del club Centenario no está sola.
“Les decimos no están solos, que estamos aquí inspirados por su valentía, ante su pedido de justicia sin deseos de revancha”, manifestó.
El acto concluyó con palabras del pastor Emilio Abreu, quien bendijo el encuentro.