Ordenan movidas en el alto mando policial tras oleada de crímenes

La ola de atentados con tinte político en Caazapá y los focos de inseguridad detectados en varios otros puntos del país desencadenaron ayer una serie de movidas en altos mandos de la Policía. Sin embargo, ni la “guerra” declarada por el narco más buscado del país hizo tambalear a la cúpula de Amambay, cuyo titular se jacta de sus conexiones políticas para mantenerse en su cargo.

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Las resoluciones de nombramientos fueron firmadas ayer por el comandante de la Policía, comisario general director Críspulo Sotelo.

Las principales rotaciones se dieron en la dirección general de Logística, donde asumió el comisario general Mario Villalba en reemplazo de su camarada Ceferino Duré, quien a su vez pasó a la dirección general de Bienestar Policial.

El hasta ayer titular de Bienestar Policial, comisario general Marcial Cabrera, fue designado como titular de la dirección de Apoyo Táctico, donde reemplazó a Fidencio Jacquet, cuyo ascenso había sido objetado inicialmente por la nómina de suboficiales planilleros que se detectó en la Policía Urbana cuando él era el jefe.

Jacquet fue reubicado en la Escuela de Estrategia Policial, puesto que dejó el promocionado Mario Villalba.

Por otro lado, el atentado contra un intendentable liberal de Yuty, en el que resultaron heridos su custodio policía y una secretaria, más el asesinato a balazos en otra emboscada contra un empresario caazapeño, derivaron en la destitución del jefe de Policía y del jefe de Orden y Seguridad del departamento de Caazapá, Fernando Lugo y Luis Vera, quienes fueron sustituidos por los también comisarios principales Juan Fernández y Vidal Jara, respectivamente. Fernández venía cumpliendo una destacada gestión en el departamento Antinarcóticos, donde fue remplazado por el comisario principal Arsenio Correa.

Asimismo, la ejecución de un empresario badeño en pleno centro de la ciudad de Concepción también motivó el cambio del jefe de Orden y Seguridad del Primer Departamento, comisario principal Miguel Orué, ahora sustituido por Fidel Valdez.

Las cabezas policiales en Misiones y Paraguarí también fueron sacadas, tal como ocurrió en Asunción, donde fue nombrado jefe de Policía el comisario principal Tomás Cristaldo, quien dejó la Agrupación Especializada.

Pero una de las movidas más llamativas se dio justamente en la Agrupación Especializada, donde en vez de Cristaldo fue designado el cuestionado comisario principal Enrique Isasi, calificado por sus propios camaradas como un “violento y trastornado, después de que hace solo semanas, cuando era jefe de la comisaría de Ypacaraí, insultara y amenazara a un grupo de agentes de la comisaría de Limpio que retuvieron en una barrera a su esposa, porque esta manejaba una lujosa camioneta “mau”.

Pese a la veintena de cambios, sugestivamente, el comandante de la Policía una vez más blindó a su camarada de promoción y actual jefe de Policía de Amambay, comisario principal Fredy Moreno, de sospechosa y conflictiva gestión en el XIII departamento.

Moreno y sus hombres se encuentran en una abierta guerra declarada contra el narcotraficante más buscado del país, Clemencio González Giménez, alias “Gringo”. Este, a su vez, incluyó en una “lista negra” a varios policías fronterizos, entre ellos al mismo jefe de Policía, en represalia por una triple extorsión perpetrada supuestamente en una sola noche por los agentes a cargo del comisario Moreno.

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