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El suboficial Lezcano, quien trabajaba en la sección Inteligencia de la Jefatura de Policía de Amambay, había sido arrestado por efectivos de Investigación de Delitos, quienes lo interceptaron en el kilómetro 23,500 de la Ruta II, cuando estaba al mando de una camioneta Toyota Hilux blanca en la cual transportaba dos litros de cocaína líquida cargados en preservativos.
La mercancía tenía que llegar hasta una mula que aguardaba en el aeropuerto “Silvio Pettirossi” de Luque, desde donde debía partir con la droga con destino a Europa. Lezcano cayó en compañía de su primo Félix Adilson Paredes Alcaraz (26), quien hasta ahora está preso en Tacumbú.
El narcopolicía, pese a ser detenido en flagrancia, abandonó la cárcel de Tacumbú el 27 de setiembre de 2013, gracias a un sugestivo sobreseimiento provisional que le otorgó el fiscal Casaccia, quien entonces era fiscal de Capiatá.
“Acuerdo” con diputado
El mencionado agente del Ministerio Público supuestamente llegó a algún tipo de “acuerdo” con el diputado colorado Marcial Lezcano Paredes, quien de esta manera consiguió la libertad de su hermano narcopolicía.
A raíz de esta determinación, el fiscal Casaccia fue suspendido por tres meses, pero ahora ya fue reasignado por el fiscal general del Estado, Javier Díaz Verón, para cumplir funciones en la ciudad de Caacupé.
Sin embargo, desde su llamativa liberación, el narcopolicía Águedo Lezcano fue vigilado de cerca por un equipo policial, que habría detectado algunos movimientos sospechosos en la zona fronteriza.
Aparentemente, el narcopolicía ya habría reanudado las operaciones de envíos de cocaína a Europa a través de las mulas que reclutaba antes de ser arrestado.
Los datos que se filtraron del solapado seguimiento dan cuenta de que Águedo Ronaldo Lezcano supuestamente retomó sus funciones como cabecilla de una de las redes que trabajan para el capo Luis Carlos Da Rocha, alias “Cabeza Branca”, uno de los narcos más buscados de la región.
Nueva fiscala
Sin embargo, los uniformados nada pueden hacer contra el narcopolicía, ya que su proceso quedó congelado, gracias a las presiones que supuestamente ejerce ante el Ministerio Público el diputado Marcial Lezcano Paredes, quien a toda costa busca que su hermano quede impune.
Recientemente, la carpeta fiscal fue asignada a la fiscala Sofía Elizabeth Jiménez Rolón, una de las nuevas en Capiatá, quien ahora deberá reiniciar las diligencias para someter a un verdadero proceso al narcopolicía.