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Un equipo especial de la Policía se desplazó a la zona, pero los agentes no pudieron penetrar el cerco de informantes que maneja el prófugo.
Carlos Rubén Sánchez es sindicado como el principal operador de la organización criminal liderada por Luis Carlos Da Rocha, alias “Cabeza Branca”, objetivo número uno de antidrogas del país, tras la captura de otros poderosos como Jarvis Chimenes Pavão, Carlos Antonio Caballero, alias “Capilo”, o Irineu “Pingo” Soligo.
“Chicharõ” tiene orden de captura librada por el juez Pedro Mayor Martínez por una condena de cuatro años de cárcel por lavado de dinero y ocultación de bienes en el Brasil, y está en trámite su extradición, según informó el magistrado.
El fugitivo pasó a comandar las operaciones de la red, que utiliza a políticos y policías como blindaje.
Incluso, Sánchez llegó a figurar como suplente en estas últimas elecciones en la lista de candidatos a diputados por Amambay, que encabezó Marcial Lezcano Paredes, quien pese a ser colorado es muy cercano a Robert Acevedo.
Precisamente, la Policía detectó en las últimas semanas constantes movimientos de “Chicharõ” en la zona de Amambay, donde hacía abiertamente y hasta en público campaña a favor de Lezcano.
Ante esta situación, un equipo especial integrado por agentes de Investigación de Delitos y de Interpol viajó a la zona para tratar de capturar al prófugo, pero grande fue la sorpresa de los uniformados al no poder penetrar el cerco de seguridad y de informantes que maneja Carlos Rubén Sánchez y que frustraron su arresto.
Datos de la pesquisa permitieron saber que incluso mientras los policías estaban por la zona de Amambay, Carlos Rubén Sánchez seguía paseándose y hasta encabezando pegatina de afiches a favor de la lista de Marcial Lezcano Paredes.
Este último, a su vez, es hermano del suboficial 1º Aguedo Ronaldo Lezcano Paredes, quien cayó el 5 de marzo pasado en Capiatá, cuando transportaba dos litros de cocaína líquida, que debían llegar a una “mula” en el aeropuerto “Silvio Pettirossi”.
El polinarco manejaba toda la parte operativa de la banda de “Chicharõ”, gracias a los privilegios que contaba como agente de Inteligencia en Amambay.
Esta unidad era precisamente la encargada de interceptar, procesar y cruzar datos clasificados acerca de los movimientos de narcotraficantes en la frontera, pero, en vez de informar a sus superiores, el suboficial Paredes reportaba todas las operaciones a su jefe “Chicharõ”.